Una de mis múltiples rarezas consiste en no jugar a la lotería de navidad. Todo el mundo pierde el culo por hacerse con un décimo o participación: en el curro, cuando alguien va de viaje... Yo no. Procuro no meterme en gastos o proyectos que no vaya a poder afrontar, tiendo a conformarme con lo mínimo y soy más bien frugal. Respecto al dinero, pienso que no quiero ni un céntimo que no haya sudado, ya que lo caído del cielo tiene el paradójico efecto de que da alegría, sí, pero no es valorado y acaba por desperdiciarse. Y a las cosas hay que amarlas dedicarles el cuidado que se merecen. Tampoco aspiro a ser rico. Así que no siento la necesidad de hacerme con décimos y de tentar a la suerte.
2 comentarios:
Pos mira! de dos números que jugaba, he ganado la terminación del gordo, así que he amortizado el gasto y aún me dá para pagarme la cena de nochevieja... YUUPIII!!!
Pero te entiendo, yo tampoco suelo jugar, pero el año pasado les tocó uno de los premios a mitad plantilla de mi empresa y no quiero que esto me vuelva a pasar, que jode un montón!
Les ha tocado una pedrea o algo a la gente del curro, pero a mi me la trae al pairo.
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