martes, 18 de diciembre de 2007
Forasters
Una de las cosas que más llama la atención al que viene a Mallorca de fuera es la categorización social que ostentamos. Como en todas partes, hay clases altas y bajas, medias y outsiders. Pero nosotros tenemos una división más, la de los mallorquines y la de los forasters. En general se aplica este término a todo aquel individuo venido de la península, y en general se ha venido usando de modo despectivo (incluso hay un genérico, es forasterum, que viene a ser algo así como un sinónimo de la chusma). Sucede que el carácter isleño es cerrado y ve con desconfianza a todo el venido de fuera. Todo pueblo, para mejor blindar su identidad, se diferencia, en general poniéndose por encima de los vecinos, y el caso de ls islas, al ser geográficamente cerradas, facilita más este cierre psicológico frente a las otras poblaciones. Si a esto le añadimos una historia plagada de invasiones, conquistas, razzias y reconquistas, se comprende mejor esta tendencia a mirar mal a todo el venido de fuera.
El tema de los forasters se agudiza (desconozco si existía antes) a lo largo del siglo XX, sobretodo después del llamado boom turístico, acaecido a partir de los años 50. Para poder atender a la masiva llegada de turistas, la isla (igual que toda la costa mediterránea) recibió una oleada de inmigración masiva venida sobretodo de las regiones más empobrecidas del país (el sur, hablando en términos generales). Como eran pobres y necesitaban el trabajo, vinieron con lo puesto y no tenían mucho que aportar más que su trabajo. Así, se generó una imagen sobre ellos que era básicamente la de gente con poca cultura, pobre y potencialmente conflictiva. Por eso, el mallorquín, de entrada, no se mezcalaba mucho con ellos, y la mala consideración empezó a cundir. A pesar de ello, la oleada fue tan grande (si hablamos en sentido estricto, no ha terminado nunca, y a ella se han añadido nuevas oleadas migratorias, esta vez desde el extranjero) que poco a poco fue calando, transformando la isla con su trabajo y con sus maneras de ser.
En esta tesitura, que empezaran a surgir parejas mixtas mallorquín/a-foraster/a era cuestión de tiempo. Y surgieron. Vaya si surgieron. Y esto permitió que la situación se normalizara, a pesar de lo cual, hoy en día se sigue usando el término foraster, no en un tono tan in sultante como antes, pero sí con cierta intención ofensiva (uno, que es un poco cabroncete, cuando alguien le toca las narices más de la cuenta, en seguida provoca las iras de los demás con la cosa de la forastería). Incluso hay quien pretende aún una cierta pureza de sangre, sacando árboles genealógicos para justificar ciertos derechos sobre los impuros (a servidor, por seguir hablando de mí mismo, que es fruto de uno de esos matrimonios mixtos, una vez le retiraron la palabra por ser "mig foraster").
El tema de los forasters da para mucho, y ellos mismos lo esgrimen a veces para adoptar posturas victimistas (sobretodo cuando están ante alguien mallorquín) o para generar conversación. Pero no se puede negar que es una de las peculiaridades que tiene esta peculiar tierra. Otro día soltaré la parrafada sobre otra clase de especímenes muy característica de Mallorca y del resto de las islas (que por cierto, no sé si se da esto de los forasters en las otras Baleares, en las Canarias sí que pasa algo parecido): los picadors.
PD: tengo la sensación de que he escrito mucho para decir más bien nada.
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7 comentarios:
Algunos van más lejos. Los impresentables del 'Lobby per la independència' nos llaman, a los de UPyD en Baleares, "el partit dels fatxes forasters i genocides" (el partido de los fachas forasteros y genocidas). ¿No está mal, verdad?
Contestaré a su pregunta amigo Pez, en el resto de las baleares también existe el término y el sujeto "foraster", aunque por ejemplo en mi isla utilizamos otro vocable, "piju".
También quisiera plantearle una cuestión, el resto de baleares que somos?
Horrach, quite usted lo de forasters y queda una bonita caracterización de lo que son esos tipos, unos fachas y genocidas. En cualquier caso, me parece una genialidad digna de algún surrealista.
Musa, no sabía eso de los pijus, pero no está mal. ¿Eso nos incluye a los mallorquines?. Le diré que lo de forasters no incluye a los de las otras islas, ni tampoco a los catalanes (esto es curioso, los catalanes conforman una categoría en sí misma dentro del imaginario mallorquín, en algunas ocasiones de menor rango que el foraster). Respondiendo a su pregunta, los otros baleares son una especie extraña para los mallorquines, una especie de híbridos raros, ni de aquí ni de allí. La agrupación de las islas en una entidad política y geográfica ha sido en mi opinión algo más bien arbitrario, ya que vivimos bastante de espaldas, y los mallorquines, menorquines y pitiusos (entre Ibiza y Formentera sí que creo que se puede hablar de una identidad más unitaria) somos unos auténticos desconocidos entre nosotros. Como prueba, lo raros que nos sonamos entre nosotros cuando nos hablamos, cosa que no sucede cuando dialogamos con gentes de otros dialectos del catalán (parece que tenemos más asumida la diferencia con respecto a ellos, pero que la que se da entre nosotros nos extraña más).
Saludos a los dos.
Musa, ¿'pijus magnificus'? No sabía que los ibicencos fueran tan montypythonianos.
Herr Doktor, hay muchas cosas de los ibicencos que usted no sabe... por cierto, me ha encantado lo de "pijus magnificus".
Amigo Pez, no, los pijus son los de la península, sobretodo de Murcia para abajo y al igual que ocurre con los forasters, los catalanes tampoco se engloban en este término.
Por otra parte estoy totalmente de acuerdo con usted respecto al resto de su exposición.
Los catalanes y los valencianos no están considerados "forasters", cosa muy curiosa, porque yo que soy castellano de padre mallorquín y que algún día hablaré mallorquín siempre seré un "foraster".
En general el foraster es el monolingüe en español, a los catalanes y los valencianos, por la cosa lingüística, se los ve más cercanos. Pero no se crea que eso les da un mayor pedigrí, al contrario, porque diría que los catalanes están en un escalón inferior al "foraster". Un dicho mallorquín es "Català: si no te l'ha feta, te la farà" (Catalán: si no te la ha haecho, te la hará), subrayando la idea de que hay que ir con mucho cuidadito con ellos.
Por lo demás, yo soy mallorquín de padre castellano, soy perfectamente bilingüe, y a veces se me ha dicho que soy "foraster", así que ya ve...
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