En cena filosófica, la otra noche comentábamos la cantidad de personajes delirantes, borderline, sórdidos y curiosos de distinto pelaje que se acumulan en la facultad de Filosofía. Entiendo que para meterse ahí hay que ser peculiar y rarito (según los cánones actuales de la normalidad), pero es que muchos se pasan de raros.
E imagino que en todas partes cuecen habas. Pero en Filosofía se cuecenn más.
1 comentario:
Sigo pensando que hay demanda suficiente para, en tiempos de crisis, montar algún gabinete para casos similares: Asociación de Ayuda al Indigente del Ser.
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