sábado, 9 de octubre de 2010

Sí al dopaje

Si uno de los lemas más coreados en el mundo del deporte es "más rápido, más alto, más fuerte", está claro en que en algún momento se ha de llegar a un tope marcado por la biología. Muchos récords se miden en centésimas, y sabemos que el próximo que lo bata lo hará por unas pocas, en una progresión cada vez más infinitesimal. Jamás correremos a 500 km/h. Ni saltaremos 30 metros. Pero ocurre que las televisiones pagan millonadas por las retransmisiones, que los espectáculos deportivos mueven audiencias enormes, y vivimos en una sociedad que quiere novedades y grandes titulares a todas horas y a toda costa. Por eso muchos deportes tuvieron que abrirse a la profesionalización (algo que no siempre hubiera estado bien visto). Y por eso tarde o temprano tendrán que aceptar la toma de sustancias que mejoren el rendimiento y permitan continuar con el show. Lógicamente, con los máximos controles y sin que la salud de los deportistas se vea comprometida. Pero es el camino al que vamos, porque la alternativa son récords cada vez más difíciles de batir (a no ser que surjan figuras excepcionales muy de tanto en tanto) y competiciones que no llegan a cumplir las expectativas. Y claro, entonces habría que cambiar el lema: "menos rápido, menos alto, menos fuerte"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En Atletismo mucho record estaban inamovibles desde los 80s hasta que llegó Usain Bolt

El Pez Martillo dijo...

Sí, hay que esperar a fueras de serie para que se sume algo de emoción a la cosa (la de los récords). De todas formas, habrá que esperar, que siempre hay sorpresas...