Que a veces algún humorista o grupo humorístico consigue que sus chascarrillos calen en la gente es algo conocido desde hace mucho tiempo (¿quién no ha hecho de Chiquito de la Calzada alguna vez en España?). Pero que la influencia llegue a según qué disciplinas ya es más complicado. Salvo que hablemos de la informática, donde algunos de sus términos han sido tomados directamente del campo del humor, y más en concreto de los Monty Phyton, grupo de culto entre los círculos frikis, donde tradicional y tópicamente han abrevado los informáticos. Así, existe un lenguaje de programaciónl lamado Python en honor a ellos. Pero si hay un término ligado a la informática de origen montypythoniano que ha triunfado, ése es el spam. Todos los conocemos y sufrimos. Son esos correos publicitarios que llegan sin que nadie los solicite, o las páginas que se abren al entrar en según qué sitios. Algo que nos hemos de tragar queramos o no. En realidad, el Spam es carne especiada en lata que existe desde los años 30 (como curiosidad, alimentó a los soldados británicos y soviéticos en la segunda guerra mundial), pero los Phyton lo llevaron al terreno del humor. Empezaron a decir spam con distinto tono y volumen en medio de sus sketches, creando así interferencias en la comunicación. El paroxismo del spam llegó en un hilarante sketch de 1970, en el que una pareja acude a un bar y todo lo que hay de comer contiene spam como ingrediente, siendo imposible no comérselo, como ocurre con el correo basura (o sms, o webs...), llamado spam gracias a la delirante mente de unos humoristas.
Desconozco si hay otros términos humorísticos o montypythonianos en el mundo de los ordenadores y las tecnologías, pero dudo que haya otros campos en los que ellos u otros profesionales de la risa hayan calado tanto.
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