No voy a contar ni a glosar la historia de los mineros chilenos. Ya se han encargado de relatarla los medios. Con profusión casi obscena. Sólo quiero hacer una pequeña reflexión del momento del rescate, que se desarrollará en las próximas horas.
Uno a uno, irán saliendo a la superficie. Bien. Pero no puedo evitar pensar en la figura del último en salir. El que se quedará solo durante el tiempo en que saquen al penúltimo y le devuelvan la cápsula. ¿Qué le pasará por la cabeza? ¿Será capaz de aguantar la visión solitaria del lugar que ha sido su hogar durante todas estas semanas? ¿Podrá la lógica alegría de saberse a punto de ser salvado con el peso de la momentánea soledad?
Dicen las noticias que todos quieren ser el último. Quiero interpretarlo como una forma de cortesia, como un "tú primero", "no, tú", "no, qué va, tú primero", porque no sé si se han parado a pensar en el rato de absoluta y oscura soledad que tendrán que soportar. O eso, o sufren una especie de síndrome de Estocolmo hacia el lugar.
Sea lo que sea, me temo que nos enteraremos.
8 comentarios:
Me parece una interesante reflexión, y de hecho muy cierta, así como también me lleva a cuestionarme... ¿por que sera que le tememos tanto a la soledad? No importa que tan fuerte seamos, todos le tememos. Tal vez porque es en esos momentos cuando nos encontramos cara a cara con nuestros propios pensamientos, sin nadie alrededor para que venga a defendernos, nos encontramos con nuestros peores miedos, nuestros errores, nuestras carencias.
En efecto, y deberíamos aprender a manejarnos un poco con la soledad,ya que también se le puede sacar mucho jugo.
Muy ajustada la reflexión. Lo que no comparto demasiado es que eche de menos ese Estocolmo... Quizá más adelante, sienta ganas de volver, a ser posible con sus compañeros. Son muchas las vivencias que han compartido.
Pero, hoy, el último, será el más interesado en desear que baje pronto la cápsula que le lleve junto a sus familiares y compañeros.
Yo tampoco tengo muy claro que conserven tanta conciencia de individualidad todavía, Pez. Seguramente de grupo, y habrá varios grupos dentro. El "Yo" vendrá con la luz, o con los focos, si salen de noche.
Sí, Douce, lo del Estocolmo lo puse por completar un poco, pero sin mucho convencimiento. Yo tampoco lo veo.
Jart, aunque haya conciencia de grupo, el último no tendrá al grupo, y puede que el Yo le caiga de golpe ahí abajo.
Saludos.
Por lo que veo en las noticias, antes de sacar a los mineros, bajó alguien para supervisar, revisar y controlar desde dentro. Lo lógico es que sea el último en subir, con lo cual me han jorobado la idea, no habrá un minero solitario.
…Al parecer ya decidieron quién será el último. Esta mañana me decían que el último minero había pedido su lugar por un “lío de faldas”. Cuando empezaron a llegar las esposas de los desaparecidos a la mina aparecieron dos mujeres que aseguraban ser la esposa del mismo minero. El tipo tenía dos esposas y lo sorprendieron allí! Ahora no quiere salir. Debe estar ganando algo de tiempo para pensar qué les va a decir. Aunque, la verdad, no creo que ningún a de ellas lo esté esperando al salir...
...Gracias por los posts de tu blog. Me gustan y a veces me hacen feliz. Creo que me convertí en una asidua visitante! Saludos!
Jajaja, Alejandra, ni el guinista más fantasioso lo habría planteado. Por si fuera poco la tremenda historia del accidente-reclusión-rescate, encima tiene aderezos de culebrón. Lo que no creo es que las dos mujeres no lo esperen, más bien al contrario. Si fuera una de ellas iría a esperarlo bien armada, jajaja. Normal que haya querido salir el último, pero me fastidia aún más la idea de la soledad del último (que sí, se sentiría sólo, pero mejor que en la compañía que le esperaba fuera). ¿Debió pensar aquello de "tierra, trágame"?
Me alegro de que te guste el blog, esta es tu casa, y sigue comentando lo que quieras.
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