El parloteo de las gentes repite a menudo eso de que el nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando (lo dijo alguien, no recuerdo quién, pero buscando por ahí he encontrado la frase atrbuida a Pío Baroja, a Unamuno y a Einstein, y lo más probable es que no lo dijera ninguno de los tres). Me parece una tontería. En ningún tiempo se ha viajado tanto como hoy en día, sobretodo la gente joven. Y en pocos momentos, al menos por estos lares, tuvo el nacionalismo tanta fuerza. Además, algunos de esos viajeros son nacionalistas obsesos a quienes sus viajes no les sirven para nada más que para reafirmarse en sus posturas. ¿O acaso es que lo que se hace hoy en día es, simplemente, moverse por el mundo, no viajar (en un sentido fuerte y profundo), para luego ir presumiendo por ahí y enseñar las fotos?.
4 comentarios:
Pasa mucho lo contrario: viajar crea muchos nacionalistas. Determinados viajes, al menos, esos en los que el individuo de turno pierde el norte, nota el vértigo del desarraigo, y al volver a su terruño le entra un cariño y un agradecimiento tal que lleva ese apego al terreno de lo político. 'En casa como en ninguna parte', se dice, frente a la chimenea y enchufando la tele...
Eso por no hablar de esos que viajan precisamente a los sitios en los que hay un cierto "conflicto" nacionalista, con el objetivo de reforzar sus ideas (he visto por ahí coches con pegatinas de Bretaña, de Córcega, de la Padanna...).
Me ha gustado la pregunta del final... y lo corroboro, estoy segura de que muchos de los viajeros actuales se preocupan más por hacer la foto que por disfrutar profundamente del viaje: descansar, aprender una nueva cultura, descubrir lugares nuevos...
En fin, con esto de la crisis se viajará menos, supongo, lo cual hará más agradable a los que realmente disfrutamos de los viajes.
Salud!
No es tanto hacer la foto como luego irlo contando por ahí.
Publicar un comentario