miércoles, 7 de enero de 2009

De prestado


Desde pequeños solemos imaginarnos y planear cómo será nuestra vida de mayores. Pocas veces acertamos, pero ahí está esa hilazón del proyecto vital. En mi caso, como siempre he intuido que moriría joven (y cada vez estoy más cerca de fallar), en pocas de mis ensoñaciones imaginé llegar a este punto. Así que aquí estoy, sin proyectos a largo plazo y con la sensación cada vez más plena de estar viviendo de prestado, sin saber muy bien qué hacer.

6 comentarios:

Tona dijo...

Al leer esta entrada he recordado mi experiencia. Mi madre murió con 40 años y para mi esa edad era el límite que me imponía la vida,otras personas han coincidido con estas vivencias en circunstancias similares.
Superada esa barrera psicológica es posible que esté viviendo de prestado.
Yo creo que uno acepta la muerte cuando empieza a aburrirle la vida.

Johannes A. von Horrach dijo...

"Yo creo que uno acepta la muerte cuando empieza a aburrirle la vida".

O cuando la has visto pasar muy cerca y casis e te lleva. A mí me pasó, hace 8 años y medio, y desde entonces para mí todo es prórrogra.

Napoleón Lasagabaster dijo...

Creo que, señor Pez Martillo, usted hubiese sido un gran Rey del bosque del lago de Nemi.

El Pez Martillo dijo...

No sé si cuando se aburre uno, pero seguro que se le pierde el miedo a la muerte cuando se empieza a estar cansado de vivir. A mi, creo que por suerte, ni me aburre la vida, ni me he cansado de ella, ni he visto la muerte pasar de cerca. Sólo es por esa sensación de que iba (aún estoy a tiempo) a morir más bien pronto (y no por nada especial, puesto que gozo de buena salud y no soy dado a según que excesos), tal vez por dármelas un poco de atormentado y de tener un cierto aire de malditismo, nada más.

Napoléon, lo dice usted por el árbol de la foto? O porque ese rey sí que vivía de prestado?

Saludos a tod@s.

Napoleón Lasagabaster dijo...

Vivía esperando su propia muerte, sabiendo que iba a morir por la espada de otro que quisiera ocupar su puesto en el templo de Diana. Es el resumen de la investigación de Frazer en La rama dorada.

Casualmente usted puso un árbol, que era parte importante de toda aquella tradición legendaria. O no casualmente.

El Pez Martillo dijo...

Conozco la historia, pero lo del árbol es pura casualidad. Aunque ya que lo menciona, no está nada mal traído.