sábado, 29 de marzo de 2008

Ya no es fiesta


En el progresivo proceso de pérdida de aura que nuestro mundo vive, uno de los fenómenos más preocupantes y devastadores es lo que le está sucediendo a las fiestas. Éstas se han convertido en una oportunidad para el negocio del turismo, y se han masificado hasta la caricatura. Se suele decir que para poder participar en una fiesta con plenitud hay que ser del sitio, y puede que sea cierto, pero en las últimas décadas la proliferación de visitantes han desvirtuado y transformado muchas celebraciones.

Del mismo modo en que la presencia de una ćamara altera a los grabados, o que el hecho de que haya un antropólogo en la tribu hace que ésta se comporte de un modo algo diferente (por más que él intente no inmiscuirse en la vida tribal y se integre en ella para no alterarla), la masiva afluencia de turistas a una fiesta también la altera. Y cuando al final resulta que hay más de fuera que de dentro, se produce la paradoja de que la fiesta deja de ser fiesta (al menos en el sentido originario), se pervierte y pasa a ser otra cosa. No es que este proceso sea malo ni haya que condenarlo, sino que tal vez no debamos llamar igual a lo que ya no es lo mismo. Esto sería un modo de reconocimiento de que algo se ha movido. Pero al mismo tiempo supondría reconocer la pérdida, cosa que no tengo claro que muchos pudieran soportar (a tenor de las retóricas identitarias de que hacen gala).

2 comentarios:

PENSADORA dijo...

Aja! interesante reflexión.
Opino lo propio pues aquí sufrimos a menudo este efecto, eso sí, como ya sabemos de él, dedicamos algún día que no se publica y sin programa de fiestas concreto, a los lugareños.
Pero aún así, resulta muy significativa la manera en que se desvirtúa la fiesta y para ejemplo, un botón: los carnavales de Bielsa, un pueblo del pirineo, hace años resultaban exóticos y cautivadores, hoy en día sólo son un fin de semana de locura y desenfreno por las calles de un pequeño pueblo donde no cabe un alfiler y que huele a orín mezclado con cerveza durante días... con lo bueno que es el olor a caca de vaca!
Hey! que conste que sigo yendo todos los años fiel a la tradición y como ya me tienen muy vista se me cuenta como del lugar.
Eso sí, a los guiris salidos intentando meter mano a las madamas y a las guiris salidas cogiendo por los cuernos a los trangas ¡NI AGUA!.
Aquí tien usted tema de investigación, amigo pez, busque sobre los canavales de Bielsa, le gustará la figura del "tranga" muy afín al su post de ayer.

El Pez Martillo dijo...

Muy interesante lo de los trangas, me gustan estas cosas rurales y relacionadas con cabras. Gracias por el apunte.