miércoles, 21 de febrero de 2007
Constelaciones
Una de las ideas más sugerentes del pensamiento de Walter Benjamin (1842-1940) es la de constelación. Para él, los fenómenos del mundo son completos en sí mismos, al estilo de las mónadas leibnizianas, y tampoco tienen relación directa entre sí. El fenómeno (bajo este nombre cabría englobarlo todo, desde hechos perceptibles por los sentidos como acontecimientos del pasado, incluso pensamientos), analizado desde una perspectiva heideggeriana, pretende una completud ontológica que lo desvincule por completo de los otros entes, del mismo modo que el Ser está desvinculado de ellos merced a la escisión originaria que lo aleje de lo originario. Al igual que el Ser y lo ente se encuentran radicalmente escindidos (no cabe hablar de oposición, puesto que en este caso nos hallaríamos en un mismo plano, y no es el caso), así pretende todo lo ente estar respecto a todo lo demás. Y del mismo modo que el Ser queda oculto por el ente, el fenómeno oculta lo ente que se manifiesta a través de él. De este modo, la verdad, queda oculta tras el fenómeno mediante el cual se manifiesta, tras el velo de todas las conceptualizaciones que pretenden llegar a ella y que sólo llegar a aprehender parte del fenómeno.
Más allá de interpretaciones forzadas, lo importante es la autosuficiencia del fenómeno, que sea único y que no se someta o quede diluido en toda una cadena de fenómenos que siguen a fenómenos. De ahí saca la idea de la constelación. En las constelaciones, las estrellas son independientes, no tienen ninguna relación entre ellas, pero nuestra observación nos ha llevado a establecer líneas de unión que permiten que veamos formas en ellas, a pesar de que las estrellas siguen ahí y las seguimos viendo como tales. Este es el modelo que Benjamin propone para el estudio de los fenómenos humanos, especialmente la historia. Lo que Benjamin pretende es que el estudioso se acerque a los fenómenos, a los hechos, y que a partir de ellos, sin olvidarlos, sin diluirlos en un sistema, muestre a partir de ellos una configuración, un mosaico. Lo importante aquí es que el fenómeno mantenga su independencia, que se vea bien claro que no está en continuidad con otros, que no quede desvirtuado por el todo. Es lo que Benjamin llamó "salvación" o "redención" del fenómeno, consistente es mostrarlo en un todo que no le pase por encima y que pueda incluso prescindir de él.
Benjamin no era muy amigo de los sistemas de pensamiento. Y por eso desarrolló una obra plagada de fragmentos, anotaciones y pequeños ejemplos tomados de la historia, todo muy caótico y sin sentido. Benjamin recopilaba fenómenos. Las constelaciones que se pueden generar a partir de ahí son innumerables, y tal vez cada uno de nosotros construya la suya (cada uno pone su biografía, sus intereses, sus proyectos, su vida, en una palabra, en hacer la constelación), pero lo único que Benjamin pide es que se salve el fenómeno, que siga siendo reconocible, que no quede perdido en la marea de lo ente, ya que si así sucede, los habremos traicionado.
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2 comentarios:
Enhorabuena Pez, brillante entrada la suya. Benjamin es casi un desconocido para mí, pero tras leer cosas como esta creo que me voy a ir aficionando a su obra. Apasionante lo de las 'constelaciones'. Creo que me puede venir bien para la tesis. ¿En qué obra habla Benjamin de este tema? gracias.
saludos
PD: ¿cuál era ese autor inglés que habló por primera vez de nihilismo?
Vayamos por partes, como dije en su blog, no recuerdo el nombre de ese inglés, y tampoco dónde lo leí (ni siquiera sé si fue en Internet o en algún libro, maldita memoria la mía). Lo que sí sé es que fue el otro día (la semana pasado o por ahí). Buscaré un poco, también en los archivos de mi memoria.
Sobre Benjamin, es un autor muy interesante. Yo tampooc estoy muy puesto, pero me resulta muy interesante y estimulante. Lo de las constelaciones está por todas partes en su obra, a veces expresado así y otras usando otras imágenes (una que también usa es la del mosaico, formado por piezas pequeñas e independientes que convenientemente combinadas y vistas en perspectiva forman un dibujo). Benjamin fue un gran defensor del montaje en el cine, que para él constituía una representación artística de su idea de constelación.
Su principal obra es el "Libro de los pasajes", que está constituido por una serie de notas apuntadas en unas carpetas que llevaba a todas partes (su condición de judío en la Alemnania de los años 30 le obligó a peregrinar por Europa, hasta su suicidio en Portbou en 1940) y de las cuales no se separaba. Las notas no tienen coherencia alguna, funcionan como estrellas a partir de las cuales nosotros hemos de hacer nuestra constelación.
Más información:
http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2005/06/11/u-993184.htm
Saludos.
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