A menudo te encuentras con gente que se apresura en señalar el origen pagano de muchas festividades y rituales cristianos. Seguro que conocen ustedes a alguien que en diciembre empieza a sermonear sobre el solsticio invernal y las saturnales. Es un ejercicio de postureo crítico y supuestamente ateo, pero cae en lo evidente y ya trillado. Lo revolucionario es el nietzscheano ejercicio de señalar lo que de cristiano (en sentido denigrante, es decir: cruzadas, inquisición, moral represora, rechazo de la vida y el mundo...) hay en las nuevas ceremonias y festividades que desde la distintas supuestas militancias (que pareecen varias, pero que en el fondo tienen un núcleo común) se van generando.
2 comentarios:
¡Huy! lo que hay es mucho cultureta de postal. Como los punkys de los ochentas.
Eso me recuerda una anécdota que viví hace ya un par de décadas: una "fiesta grunge" en una discoteca. Sí, es extraño y deberíamos haber sospecharo, pero éramos jóvenes y atolondrados y allá que fuimos unos cuantos. Allí, subido a un pedestal había un bailarín/gogó en slip y camisa de cuadros que de tanto en tanto gritaba: "Soy radical, soy guay".
Pues eso.
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