sábado, 23 de marzo de 2019

Pupa

Gravitando sobre su almohada, pegado al techo, una criatura escogió realizar su metamorfosis. Poco a poco tejió su capullo y se fue transformando. Mientras tanto, más abajo, el sueño se volvió inquieto. Las pesadillas repletas de fluidos y viscosidades se hicieron frecuentes, forzando despertares sudorosos. Costaba dormir y al despertar la sensación era de no haber descansado. Fueron sólo unos días, hasta que se percató de aquella sorprendente presencia justo sobre el lugar donde su cabeza reposaba al dormir. Armado con un trozo de papel higiénico, se encaramó a la cama y descolgó al invitado. Lo exploró y vió cómo el gusano asomaba por una abertura. Lo espachurró y lo tiró al váter. Las noches volvieron a ser plácidas desde entonces, aunque él nunca relacionó aquellos días de sueño extraño con la el ser que tuvo sobre su cabeza en la noche. 

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