jueves, 17 de enero de 2013

El nuevo antiguo régimen

Se cuenta que una princesa del Antiguo Régimen, al contemplar las turbas que amenazaban su palacio, pregunto por el motivo del descontento de aquellas gentes. "Tienen hambre, no hay pan". La respuesta de la noble fue "pues si no tienen pan, que coman brioches". Aunque por lo visto es falsa, retrata a la perfección el estado de las cosas en las décadas anteriores a las revoluciones de los siglos XVIII y XIX: una numerosa clase pobre (muy pobre, cada vez más pobre), y una nobleza aislada y enclaustrada en sus privilegios, cada vez más decadente e inmoral en sus gustos y manifestaciones. Había, claro está, una clase media escasa, la burguesía, que se sentía importante y como tal reclamaba su espacio en el poder, siendo a la postre, aliándose a la desesperación de los más pobres, la que forzaría y ganaría el pulso a la nobleza. 

La cuestión es que la situación que vivimos recuerda cada vez más a aquella otra, con unos dirigentes en su burbuja, distantes, incapaces de ver más allá de sus datos y sus previsiones, gobernando para el pueblo y por el pueblo pero sin el pueblo, donde impera la miseria (moral, intelectual...), la desfachatez y la feria de las vanidades. Y una masa cada vez más empobrecida (sin llegar, de momento, al grado de entonces, pero más empobrecida que hace unos años sí) y desentendida de los de arriba, sintiendo una hostilidad creciente hacia ellos y que amenaza con hacerse virulenta.

Recuerdo que hace poco, una alto cargo de algún ministerio afirmaba que la gente que emigra a trabajar al extranjero lo hace, no porque aquí no tengan oportunidades, sino por "impulso aventurero". ¿No es esto parecido a lo del pan y los brioches? Pues ya sabemos cómo acabó aquello.

1 comentario:

PENSADORA dijo...

¡Muy buena entrada Sr. Pez!! ya sabe usted lo de acuerdo que estoy en esta comparación.

Si esto sigue así, veremos algo parecido a la imagen de las guillotinas en las plazas que tanto se me aparece.

Ojalá no tuviéramos que verlo, pero me temo que lo veremos cuando no formemos parte de ello, que yo cada vez estoy más presta.