Cuando alguien juzga a otra persona, o a sus comportamientos, sobre todo cuando el juicio es negativo y muchas veces agresivo, en lugar de dar la razón o quitarla, intento exponer el mecanismo que lleva a dicha persona a ser como es o a comportarse como lo hace. Establezco hipótesis sobre sus motivaciones, sus impulsos, e incluso sus circunstancias, aunque sé muy bien que la mayoría de ellas no podré comprobarlas nunca.
Soy muy consciente de que eso no le gusta al personal, que en su afán por lapidar y descalificar, aunque sea con razón (y, siguiendo la misma metodología, también ellos tienen sus razones para obrar así), lo ven como una defensa del agredido, cuando tan sólo es una explicación que pretende ser ajena a juicios estéticos o morales. Pero me sale espontáneamente, porque no me gustan las frases lapidarias (salvo que las diga yo, y en ese caso suelen ser un titular de párrafos enteros de mis pensamientos) y el buscar el KO de los demás.
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