miércoles, 28 de septiembre de 2011

Mis periódicas ansiedades

Aunque reconozco que el inicio del otoño es mi época favorita del año, por lo que tiene de crepuscular y melancólico, no es menos cierto que a menudo, en mi caso, viene acompañado de cambios orgánicos. Desajustes que rompen el precario equilibrio sobre el que, mal que bien, voy avanzando. Mis ansiedades se acentúan y buscan excusas para alimentarse y manifestarse. Un mareo, un insomnio, y ya estamos metidos en círculos viciosos de los que cuesta algunos meses salir.

La cosa empezó cuando tenía 14 años, y desde entonces ya han sido varias oleadas. No vienen con una periodicidad exacta, pero no pasan más de 5-6 años sin que pase unos meses de angustias que se manifiestan en lo orgánico, sin que en apariencia haya una causa clara. Te acabas acostumbrando, y sabes que tarde o temprano pasará algo que te desequilibrará. Lo relativizas, porque sabes que se trata de una cara nueva de lo mismo, lo cual te sirve para tranquilizarte un poco, pero no lo suficiente. 

Es como un volcán, que de tanto en tanto entra en erupción, aunque es difícil saber cuándo, y hasta que no es inminente, no se puede afirmar. Ni evitar. O al menos no he dado aún con la forma de evitarlo y aplacarlo de verdad. Sospecho que no faltarán en los años venideros oportunidades para el ensayo-error.

5 comentarios:

Jarttita. dijo...

Al menos arde, que ya es mucho para estos tiempos. :)

PENSADORA dijo...

Huy! las ansiedades otoñales. Yo soy más de primavera para estas cosas, pero le entiendo muy bien.

Mi consejo: Paciencia, buenos alimentos y no hacer caso. Con el tiempo y nuevas circunstancias, al final, se pasa. (Bueno, sé que no le cuento nada nuevo).

Ah! ocuparse, a mí me viene muy bien buscarme mil cosas que hacer para llegar reventada a casa y que no me quede más remedio que quedarme "KO" en la cama.

En pocas palabras: "Si la violación es inminente, relájate y disfruta". A lo mejor es buen momento para lo de la introspección, a mí a veces hasta me gustan esas temporaditas de bajón, son como una purga.

En fin. Si necesita usted algo, ya sabe dónde estamos.

Abrazos!

Johannes A. von Horrach dijo...

¿Es parecido a lo que le sucedió en plenos años 'alfa'?

La solución al problema se la puedo vender baratita. Mi amigo el Doctor Muerte (herr Todt) la ha patentado: se trata de paladear cantidades industriales de arsénico. Mano de santo, ya verá que las molestias acaban desapareciendo.

PD: en serio, espero que se mejore.

El Pez Martillo dijo...

Sí, Jart, pero lo que arde se acaba consumiendo.

Pens, a mi lo que me pasa con la hiperactividad es que me altera y me deja sobreexcitado al final del día...

Más o menos, Horrach, yo creo que es lo mismo de siempre, sólo que esta vez se manifiesta de otras maneras (menos preocupantes que entonces, es cierto).

Saludos y gracias por la preocupación.

Anónimo dijo...

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