Hay algo terrible en la masa. Cuando un grupo grande de gente empuja en una misma dirección, la gente desaparece y crece la bestia. Se suele hablar de irracionalidad, de impulsos. Pero lo más probable es que tenga su lógica. Inconmensurable, tal vez, desde la óptica individual. Pero que está ahí, agazapada, huidiza, escondida tras la marca de lo que queda en buena medida fuera de nuestra comprensión de individuo. Solo alguien con cierta característica de "masa" en su mente, en su pensar, puede penetrar en ella. Y pocas de estas "mentes-masa" se dedican a dar cuenta de sí y clarificarse, sino que se ocupan más bien de crearse una masa y dirigirla.
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