No me gusta presionar a la gente para que cuente cosas. Esto puede hacer que parezca frío y desapasionado, pasota en una palabra. Pero no es así. Considero que hay que dejar a cada persona su espacio y no entrar en él. Y si se entra, que sea porque te han invitado, no porque hayas forzado la cerradura. Así, que yo no pregunte a alguien por según qué cosas no es por falta de interés o porque no quiera saber nada, sino por puro y simple respeto. Y si quieren contar algo, seré el primero en atenderles y en estar allí y hacer lo que pueda (para lo bueno y para lo malo). Por lo mismo, soy muy celoso de mis cosas, y no me hace ninguna gracia que me estén acosando a preguntas. Si esto ocurre, lo más seguro es que me cierre en banda y no suelte prenda, y en cosas que a lo mejor no me importaría contar. Sin embargo, sin presiones, me puedo abrir fácilmente y con mucha sinceridad.
2 comentarios:
es genial que sea asi, pero yo te invito
Hola Eva, gracias por el comentario.
En cierta medida, el blog entero es un ejercicio de apertura y de velamiento. A veces soy sincero, y a veces no.
Saludos y no dudes en pasarte cuando quieras.
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