Antes, cuando era joven , me aterraba que con el tiempo mi sensibilidad se fuera debilitando, se fuera anquilosando. Temblaba ante la idea de dejar de estremecerme ante cualquier cosa como lo hacía: ante una canción, una frase, una lectura, un amor... Ahora puede ser que eso que tanto temía esté ocurriendo. Pero ya no me importa.
7 comentarios:
Bufff, pues servidor, con el calorazo africano que nos tortura estos días (sobre todo hoy) ya no noto nada de nada. Lo único que experimento, si acaso, es la lenta pero implacable licuación de mi cuerpo.
Pues llevo unos días que sí que siento un dolorcillo de cabeza que me está matando. No sé si será el calor o mis cervicales, que ya sabe usted que son uno de mis puntos débiles. O eso o algo más grave dentro de la quijotera (hemorragia, tumor, aneurisma, hidrocefalia...).
Aibaiba! exageración total, lo de su hinchazón cerebral es por el calor hombre... esa deformación profesional!.
Y lo de su sensibilidad, no se preocupe que el que tuvo, retuvo y sólo hace falta un pequeño acontecimiento que lo cambie todo. Ya sabe usted que en la vida todo funciona por épocas o a temporadas... todo vuelve.
Es que no sé si quiero que vuelva, Pensadora, no lo sé.
Lo de la cabeza parece que va cediendo, pero creo que es algo más muscular que cerebral.
Pues ni te lo plantees, lo de la sensibilidad, para el que realmente es sensible... siempre está allí... a veces para nuestra desgracia y otras como una gran virtud que nos provee de una visión que ya quisieran otros.
En cierta manera tiene su encanto ser algo sensible... si no no seríamos tan humanos. Ser humano también es sentir, emocionarse... si no, ¿para qué? Cierto que hay épocas en que un@ puede estar más o menos sensible, pero lo importante es saber aprovechar esas épocas para bien. Espero que tú también lo hagas.
Besitos
Muy buenas, Femme fatale. Sí, hay que aprovecharlo todo para sacar algún beneficio o enseñanza. Lo bueno y lo malo.
Un saludazo.
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