Dos noticias han llamado hoy mi atención, y las dos incidían en el mismo asunto: la muerte y el rock. La primera de ellas (y la primera de que me he enterado) es el fallecimiento de Bo Diddley, uno de los múltiples padres del rock. A él se deben algunos de sus ritmos (y contoneos) básicos, y, como casi todo lo que se movió por los años cincuenta, fue una gran influencia directa o indirecta en las décadas posteriores. Conocía algo su obra, tengo en casa algunos trabajos suyos, y en estos mismos instantes lo estoy escuchando, a modo de modesto homenaje. Aquí sólo puede dejar un viejo video:
La otra noticia es la del robo de las cenizas de Kurt Cobain. Más que triste, es rocambolesco y patético. Resulta que su viuda, Courtney Love, las tenía guardadas en un armario, dentro de una mochila rosa de peluche con forma de oso. Supongo que era para confundir, para tenerlas bien ocultas, y evitar así lo que a buen seguro acabará ocurriendo: que alguien se haga con esas cenizas y las exponga, promoviendo peregrinaciones como las que se hacen a Graceland. Ella acusa a un amigo de la familia. Ya veremos como termina el asunto. Pero la imagen de unas cenizas (de Cobain o de quién sean) metidas dentro de una mochila con forma de oso de peluche rosa me parece espantosa. Al menos podría haberlas metido en una caja con forma de corazón:
2 comentarios:
MADRE DEL AMOR HERMOSO!!!!
Con la de curro que tengo, ando harto empanada, pero cómo se me han pasado semejantes noticiones!.
Lo de Cobain, mucho me temo que será una cortina de humo de la Love para sacarse unas pelillas que anda pilladita la moza.
Peo lo de Diddley no tiene perdón, hoy iré a confesarme sin falta.
Tiene razón, puede que lo de Cobain sea una ida de olla de la Love, que no parece estar muy asentada mentalmente la mujer.
Sobre lo otro, le impondré una penitencia, vaya inmediatamente a escuchar algo suyo.
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