martes, 1 de enero de 2008

Viena 1900

La Viena de hace cien años era una ciudad de una actividad intelectual febril. En el final del XIX y el principio del XX se daban cita escritores, pintores, músicos, pensadores y toda clase de gentes interesadas en el mundo artístico e intelectual. Y no eran unos cualquieras, sino que la capital del Imperio Austrohúngaro era el centro de la producción de Europa. Se puede decir con total tranquilidad que en aquella ciudad y en aquellos años, se estaba fraguando toda la cultura del siglo que empezaba. Schiele, Klimt, Kokoschka, Adolf Loos, Robert Musil, Stefan Zweig, Karl Kraus, Hugo von Hofmannstahl, Arthur Schnitzler, Alban Berg, Schönberg, Gustav Mahler, Strauss, Brentano, Carnap, Wittgenstein, Sigmund Freud, Carl Gustav Jung... Todos estos nombres, algunos muy conocidos, otros no tanto, se movían en distintos ámbitos, y en cada uno de ellos destacaron y fueron pioneros y hoy en día se les sigue estudiando. Se estaban abriendo nuevos caminos que se revelarían importantísimos para los años y décadas siguientes, y sin los que hoy en día no comprenderíamos ni al mundo ni al ser humano.

Lo más llamativo de todo es que aquella tremenda potencia que era Austria por aquel entonces, el imperio que había protegido a Europa de la amenaza otomana, una de las naciones más poderosas e influyentes, se desplomó de un modo casi repentino y precisamente cuando estaba en ese apogeo. La guerra de 1914-18 fue trágica para Austria, y en buena parte significó la dispersión de todas aquellas gentes que habían hecho de la capital vienesa su centro. Pero no hay mal que por bien no venga, y esa dispersión fue como una esporulación, permitiendo que la semilla que aquellos hombres llevaban en sí, germinara en otras partes de Europa y del mundo, permitiendo la expansión rápida de todas esas ideas y corrientes.

Y para ilustrar la cosa (no sé muy bien si llamarlo entrada) de hoy, música típicamente vienesa muy adecuada para esta jornada:

5 comentarios:

Stones dijo...

Solo pasaba para desearte un feliz año y todas esas cosas que se desean en estos días

Besos

Johannes A. von Horrach dijo...

¡Qué casualidad! Precisamente llevo unas semanas con la idea de escribir una disección sobre lo que usted cuenta hoy: la riqueza cultural de la Viena de la belle époque, que fue en cierta forma la génesis de gran parte de nuestra actualidad musical, poética, filosófica, etc. En una época de mi vida (1996-1999) me interesé mucho por todo este contexto, y tengo muchos apuntes y anotaciones en carpetas que tal vez recupere si me decido a escribir la disección.

saludos y buen año

PD: ¿sabe qué apellido procede del Imperio Austrohúngaro?

El Pez Martillo dijo...

Para que usted vea, herr doktor, en algunas cosas coincidimos!

Esto de Viena 1900 me lo pegó Mateu Cabot, que dedicó una de sus optativas al tema, y estuvo más que interesante.

Desde aquí le animo a que haga esa disección, que seguro que estará muy bien.

Saludos y que tenga usted un buen año. Que podamos compartir tantos buenos momentos como en 2007.

PD: claro que sé qué apellido es austrohúngaro.

Olga dijo...

Hola, agradecerte tu información y decirte, que por supuesto, citandote he utilizado tu texto para una foto de Viena que al leer tu texto vi que le venia perfecta.
Ese efecto de reflejo-semilla que ha tenido en toda Europa la expansión de las ideas de entonces.

http://www.flickr.com/photos/olga_sin_nick/5047535995/

Saludos

El Pez Martillo dijo...

Olga, gracias por comentar y por utilizar mi texto para la foto (que es muy curiosa).

Saludos.