Me dijiste, entre sollozos, que conmigo habías aprendido lo que era odiar a alguien. Yo supongo que te odié desde el principio. Tanto, que te llegué a querer. Ahora ya sólo estás en mi memoria, y aunque sé que no podrás echar la vista atrás sin cierto resquemor (tal vez con el tiempo puedas rememorar el tiempo que hemos compartido y quién sabe, incluso con cierta añoranza), yo, en cambio, siempre guardaré un buen sentimiento para ti. Y espero que, si nos cruzamos por la calle, puedas devolverme el saludo. Más por ti, que por mi.
miércoles, 23 de enero de 2008
Rasgado
Me dijiste, entre sollozos, que conmigo habías aprendido lo que era odiar a alguien. Yo supongo que te odié desde el principio. Tanto, que te llegué a querer. Ahora ya sólo estás en mi memoria, y aunque sé que no podrás echar la vista atrás sin cierto resquemor (tal vez con el tiempo puedas rememorar el tiempo que hemos compartido y quién sabe, incluso con cierta añoranza), yo, en cambio, siempre guardaré un buen sentimiento para ti. Y espero que, si nos cruzamos por la calle, puedas devolverme el saludo. Más por ti, que por mi.
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1 comentario:
El tiempo lo cura todo. Es la mejor medicina que existe en esta vida.
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