lunes, 2 de julio de 2007
Verano
Si, aunque nos lo intentemos ocultar, vivimos instalados en la angustia y en la nada, en verano esto se acentúa. Y esto provoca una caída en la irracionalidad. La gente sale, se mueve, intenta poner parches a sus vidas acudiendo a lo que ellos creen paraísos, en los que aspiran a encontrar sentidos inexistentes a sus vidas. Creo que eso es lo que mueve al viajero. Al menos al auténtico viajero, porque me atrevería a afirmar que la gran mayoría de los que en estos días viajan lo hacen por un mero impulso gregario y mimético que les lleva a actuar en masas móviles.
Todo apunta en esa dirección, las huidas desesperadas a otros lugares, los tópicos amores de verano. Todo es una caída en un algo otro que lo único que persigue es el olvido de la realidad que somos. Por eso nos damos a ir de fiesta, a estar con gente, a hacer amigos, a superficializarnos más de lo habitual. Todo en verano se vuelve más liviano para compensar el sobrepeso existencial que el buen tiempo provoca.
Somos animales de costumbres. Necesitamos algo fijo a lo que asir nuestas existencias. Y el verano supone una ruptura en eso fijo. Las vacaciones son una interrupción brusca. Por un momento el vacío que la cotidianeidad ocultaba se muestra cruel y absurdo, y ante nosotros. Y ponemos tierra de por medio.
El verano tiene un trasfondo agrio, triste, de desamparo. Por eso la falsa alegría que lo domina todo. Falsa, aunque tendamos a creérnosla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
La foto de hoy es mucho más terrorítica que la de la vamp del otro día. Siempre me ha resultado angustiosa esa promiscuidad embadurnada en cremas que retrata la imagen, ufff. Muy angustioso. Mejor las calitas semiabandonadas o la misma playa de la foto una vez ya ha sido desalojada de bultos sospechosos.
Coincido con su reflexión. Como sucede en los findes y las fiestas, en verano comulgamos con varios mandamientos: por ejemplo, el de la Diversión y el de la Socialización, aunque no nos los creamos. Todos seguimos el ritual con devoción.
Da miedo la imagen...
Publicar un comentario