sábado, 24 de marzo de 2007
Recuerdos
Ayer por la tarde salí a pasear. Por mil cosas tengo pocas oportunidades (y ganas) de darme una vuelta relajada por mi ciudad, recorriendo callejas y lugares más que conocidos. Intento asombrarme siempre y estar atento a cualquier pequeño detalle, para ir viendo cómo la ciudad va cambiando poco a poco. Un edificio restaurado, una plaza en obras, un nuevo bar, un comercio que ha cerrado... Me gusta estar al tanto de todo. Pero lo que más me llamó la atención ayer fue el pasar por el Borne y la Plaza Juan Carlos I. Esta plaza se encuentra en pleno centro comercial de Palma, y es uno de los pocos lugares en los que turistas y lugareños nos entrecruzamos. Allí se congregan algunos bares, paradas de autobús, una conocida franquicia de hamburguesas y un establecimiento británico de ropa con sucursales por todo el mundo. Como ya he dicho, pleno centro. Hay en el centro de la plaza una fuente (la fuente de las tortugas, que hace que para nosotros la plaza sea la plaza de las tortugas) en la que se celebran los triunfos del RCD Mallorca o del equipo que sea (sí, cuando el Madrid o el Barça ganan algo, también se sale a celebrarlo).
La cuestión es que al pasar por allí me he dado cuenta de un a cosa. El lugar estaba lleno de grupitos de púberes en plena efervescencia hormonal, exhibiéndose y haciendo sus cosas (hablar, reir, montar en monopatín, fumarse sus primeros cigarros, algunas parejitas acarameladas, en fin, las cosas de esa edad). Los grupos, como sucede en esos años, muy numerosos (los jovencitos tienen un impulso gregario muy fuerte), y estaban por todos lados. Era viernes por la tarde, y claro, a la salida del colegio van a merendar alguna hamburguesa y a ver lo que se cuece por ahí. Lo llamativo no es esto, sino que yo, a su edad, hacía lo mismo. Y en los mismos sitios. Me he visto reflejado en ellos, y he recordado aquella época de las primeras salidas en grupo con los amigos, y los intentos de acercarnos a algún que otro grupo de chicas, y me he puesto un pelín nostálgico.
Y me he dado cuenta de que aunque las modas son distintas (ni hablamos igual, ni oímos las mismas músicas ni vestimos del mismo modo, ni siquiera la plaza tenía el mismo nombre) en el fondo no hemos cambiado tanto. A muchos de ellos les doblaba la edad, y la mayoría posiblemente ni hubieran nacido cuando yo iba por allí con su misma actitud. Para ellos seguro que yo era un carroza que paseaba por allí. Y para mi ellos eran unos críos. Pero me he sentido muy cerrcano a ellos. Nos separan más de una década, en realidad hemos estado allí en siglos distintos. Pero somos iguales. Tan lejos y tan cerca.
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9 comentarios:
Se está haciendo usted mayor, querido amigo (ya somos dos), aunque el doktor H no se identifica con estos bárbaros quinceañeros. Detesto la adolescencia, y sobre todo a los adolescentes con derrames hormonales. Si yo fuera Pilatos los crucificaba a todos (ellas empaladas).
Otra cosa: la plaza. Eso sí que tiene una gran simbología para mí, aunque por temas deportivos... y mediáticos (año 2003, Copa del Borbón, herr doktor H se remoja en la fuente y su rostro enloquecido abre los informativos de Tele 5).
Parece que al final todo se repite, por muy originales que nos creamos todo lo que hemos hecho ya lo hizo alguien antes.
Cada día me gusta más tu blog.:).
Herr doktor, no conocía su faceta de hooligan, vaya con el subsuelítico! Mi única relación con el aspecto deportivo de la plaza fue el año pasado (o el otro, no me acuerdo bien), de camino a Lorien una noche en que el Barça ganó la liga. Aquello era una locura. Sobre lo de los adolescentes, no se crea que yo simpatizo mucho con ellos. Pero reconozco que lo fui, y que el otro día no es que me identificara, sino que vi en ellos el reflejo de lo que fui e hice hace ya unos cuantos años. Supongo que eso es señal de que, como dice, nos hacemos mayores.
Cvalda, veo que ha captado la idea.
Jarttita, gracias, eso es que me lees con buenos ojos, porque últimamente no estoy demasiado satisfecho con nlo que escribo (tengo una especie de crisis del escritor). Intentaré hacer que te siga gustando, aunque no prometo nada...
Saludos a todos.
Pez, yo directamente me salté la adolescencia (por eso recupero sus enloquecidos efluvios de vez en cuando, como el ejemplo de la fuente).
Sobre mi faceta de (ex)hooligan... mejor lo dejamos... :-)
Hoy me he acordado de usted:una amiga me ha llamado para contarme la mala noticia que le había dado el médico sobre una enfermedad familiar( su madre...vamos...aunque viene de lejos). Y no he podido evitar acordarme de su post sobre las tres M.
Me ha servido pq yo tb he intentado hacerlo así.:).
Jartitta, no es agradable recibir malas noticias, vengan de donde vengan. En cualquier caso, lo que hablaba en ese post era desde una óptica profesional. Y dado que la amistad es una relación basada en los afectos, no sé si vale mucho en esos casos. Con un amigo uno se puede emocionar, y no hay que cortarse para darle un abrazo o lo que haga falta (bueno, dentro de unos límites, claro). Tampoco hay que parecer un témpano. Aunque a veces, cuando alguien querido se te derrumba (espero que no haya sido el caso), hay que hacer de tripas corazón y mostrar algo de entereza y transmitir algo de seguridad, que para el que zozobra es un valor muy importante.
Por cierto, veo que en algunos comentarios me tuteas y en otros me trata de usted. Me da igual que me trate(s) de un modo u otro (que los que me conocen personalmente, más en broma que en serio, usen el usted no quiere decir que todo el mundo tenga que hacerlo), pero por favor, manten(ga) la opción que desee(s).
Un saludo (o dos).
Gracias, y te explico: yo uso el tuteo siempre, salvo que quiera mostrar cierta distancia por algo....( salvo casos de personas mayores, cuestiones de trabajo...etc). Pero en esto, suelo usar el tuteo, me parece mucho más personal. A veces puedo usarlo de coña.....para desdramatizar algo o quitarle familiaridad si creo que me paso de confianzas....en fin. Siempre lo he hecho así,no reparé en explicarlo. No lo ví necesario, vamos..... Espero que no te mlestase nunca.
Un abrazo.
Jarttita.
Jartitta, no te preocupes que no me he molestado. Sólo era por comentar algo y provocarte un poco. Espero que no te hayas molestado tú por habértelo señalado.
Te devuelvo el abrazo.
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