viernes, 16 de marzo de 2007

Mi no entender


Como decía mi profesor de filosofía en COU: "Yo es que hay cosas que no las entiendo".

Hace unos años, Amenábar hizo una película que trataba sobre un famoso caso real de alguien que pidió la eutanasia y que ante la negativa de la justicia, consiguió que alguien le ayudara en su propósito de morir. La cinta provocó bastante revuelo, ya que puso sobre la mesa el asunto de la eutanasia. En principio todo bien. Lo curioso de todo fue que hubo quien se rasgó las vestiduras, e incluso quien vio en la película una maniobra propagandística del nuevo gobierno socialista (la película se estrenó a los pocos meses de su llegada al gobierno) para acabar legalizándola (olvidando por el camino que la película llevaba unos cuantos años haciéndose y que fue subvencionada por el gobierno anterior). Durante unas semanas hubo revuelo y las tertulias radiofónicas, televisivas machacaron nuestras retinas y tímpanos, igual que los editoriales y artículos de opinión. Parecía que se iba a matar a todos los enfermos y que iba a ser la debacle.

No soy contrario a los debates, y pienso que pueden llegar a ser enriquecedores (pero no los debates a los que estamos acostumbrados, donde nadie escucha a nadie y pretenden imponer sus posturas). Lo que me llama la atención es la vehemencia y las poses que muchos adoptan con estas cosas.

Lo divertido es que luego, hace unos días, se produce un caso real y efectivo de eutanasia, con permiso de los jueces y todo, y casi no se ha dicho nada. Algún artículo y una pequeña reseña en los noticiarios. Y todo muy moderadamente. No es que me desagrade, pero llama la atención el contraste entre las posturas cuando la cosa era tan sólo una ficción y ahora que es una realidad. Incluso la Iglesia, que es la que más sensibilizada está con estos asuntos, ha puesto facilidades (la fallecida estaba internada en un hospital regentado por una orden religiosa, que rápidamente la trasladó a otra institución) y no ha levantado mucho la voz.

No sé a qué se deben estos cambios. Tal vez a que no entran dentro de la agenda política, o a que nuestros gobernantes y sus medios están más metidos en otras cuitas (y desde esta perspectiva, me temo que tan ficticias como la película de Amenábar, me refiero a los aspavientos manifestiles y demás polémicas agrias que tanto nos entretienen), pero la verdad es que no acabo de entenderlos.

4 comentarios:

Cvalda dijo...

Siempre pasa lo mismo, lo que en un momento ocasiona debates de días, pasado un tiempo pasa totalmente desapercibido...y es que la audiencia se cansa de todo, cada vez más rápido, por eso los temas de las noticias y demás cambian tan frecuentemente.

Aunque sea increíble, así somos los humanos: los genios del olvido.

El Pez Martillo dijo...

¿De verdad es la audiencia la que se cansa de todo? A menudo pienso que la audiencia está sobrevalorada, una excusa de los medios.

Jarttita. dijo...

Como los pueblos, tenemos los gobernante que nos merecemos. La audiencia, sea lo que sea, tienen - tenemos- los medios que nos merecemos.

Yo admito algo que nunca pensé que diría: apenas veo tele. Veo las noticias y algún que otro zaaping casual al descuento. Y ahora veo al Julius en la cocina, porque quiero, porque no se hace largo, y porque está bueno y aprendo.

El resto, la verdad....no sé cuál será su futuro. Mi presente es que cuando quiero ver una peli la veo, y cuando quiero enterme de algo me entero. Y dramatizar este tipo de cosas nunca me ha parecido bien; la ventaja es que ahora puedo no tener que verla.

A mí el tema de la eutanasia me parece una cosa tan personal como lo pueda ser su vida, y que cada cual debe y hará, lo que considere. No creo que nadie tenga nada que decir.

Un beso Pez.

Cvalda dijo...

Se cansa la audencia y se cansan los medios, pero no porque el tema no interese, sino por saturación...además, ya se sabe que siempre es más fácil hablar de lo superfluo...