viernes, 26 de enero de 2007

Musas


El ser humano posee una condición arrojada, inercial. Ya lo hablé en otra entrada. Y también expliqué la diferencia que hay entre hombres y mujeres en esa inercia. La mujer posee una inercia más serena, más débil, debido a su realidad más orgánica, más terrenal (dicho en términos coloquiales pero que pueden llevar a confusión: "más con los pies en la tierra"). En el hombre, en cambio, la inercia es más intensa, nos arrastra y nos aleja de lo orgánico, por más que la mujer (a la que podríamos entender como la figura de lo orgánico) nos atraiga y nos contrarreste en ese impulso. No es lo mismo ser organicidad que estar pendiente de ella, que mirar cómo se empequeñece al irnos alejando de ellas en nuestro trágico viaje.

La mujer posee la capacidad de crear vida, de generar desde sí misma un nuevo ser. Es cierto que necesita de una participación masculina fundamental. Pero ésta es mínima, y consiste en algo así como en dar el primer impulso, en poner en marcha la máquina que luego creará sin él. La mujer está en una posición de creatividad más terrena, más orgánica que el hombre, que en su impulso inercial tiende a las abstracciones y a ir hacia regiones alpinas mucho más estériles que los pantanos y los valles en los que vive la mujer. Por eso los hombres necesitan una referencia femenina que les ayude en esa generación, en la creación
de nuevas realidades. En general esto vale para todo hombre, pero se acetúa más en la medida en que sienta el impulso creador. Son los artistas y demás creadores del espíritu los que necesitan de una figura femenina en la que recrear (aunque sólo sea de forma imaginaria) la organicidad creadora, único lugar desde el que se puede realizar una obra que resulte lo más orgánica y "viva" posible. Cuanto mayor sea el impulso creador, mayor será la necesidad de una musa. De esta dialéctica de alejamiento y acercamiento respecto a lo femenino surgirá la obra de arte, porque es en el mundo del arte donde más clara se ve esta necesidad, y donde desde siempre se han manifestado las musas. No descartaría la misma necesidad en otras realizaciones humanas (estoy pensando en disciplinas inbtelectuales más abstractas, como la filosofía, y dentro de ella la metafísica), pero la relación musa-creador adopta en ellas otros rostros más difusos y complejos.

Por supuesto, esto vale para el tópico del artista hombre y su musa mujer. La cosa se complica si empezamos a considerar el papel de las mujeres artistas (que, desde este punto de vista no necesitarían de musas, al estar ellas mismas en la región de lo creador), o la posibilidad de hablar de que el arte hecho por mujeres y por hombres sean distintos (hasta el punto de llegar a postular dos artes distintos, al menos en su aspecto genético y en su trasfondo existencial). Pero mejor dejo las complicaciones para otro día.

19 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

¡Vaya por dios! Imaginaba, por el título de esta entrada y por la foto que la encabeza, que iba a relatarnos usted los jugosos detalles de su épica victoria sobre la ya mítica musactónicoibicenca. Entonces, ¿no ha doblado su ctonicidad sobre la tórrida mesa, como en la imagen?

Sobre su texto, un intento de lectura: la mujer como fango y el hombre como cerebro que lo modela.

El Pez Martillo dijo...

Sin comentarios respecto a lo de mi musa. Esto no es un foro del corazón. Sólo una cosa, más que épica, la victoria sería agónica (lo cual es una forma de épica).

Sobre su lectura, algo de eso hay. Pero no tanto que el hombre modele a la mujer, como usted parece insinuar (aunque también se podría pensar en esa dirección). Sino que el hombre, alejado del fango, necesita recurrir a la fangosidad femenina para crear y moldear formas. De ahí el papel de musa.

Por cierto: ¿ha leído el artículo de hoy sábado de Matías Vallés en Diario de Mallorca? Trata sobre la deriva hereditaria y aristocrática de la república de los EEUU (Bush II, Hillary que puede ser Clinton II, los Kennedy...). Lo que puede ser de su interés es que Vallés cita a su querida Camille Paglia.

Saludos.

Johannes A. von Horrach dijo...

No he leído a Vallés hoy, voy a mirar (gracias por el aviso).

Anónimo dijo...

Me gusta la imagen que tiene de las musas amigo pez, muchísimo más que la del doctor; a usted, doctor, debo aclararle que no, las musas no somos fango moldeable en manos de los hombres, por más que esta idea le resulte atractiva, y no lo somos simplemente porque somos etéreas, pertenecemos al elemento aire, el cual se contrapone a la tierra, de la que surge el fango...

El Pez Martillo dijo...

Musa mía, lamento discrepar un poco. Como toda mujer, las musas son terrestres, como digo en la entrada, "con los pies en la tierra", apegadas a lo orgánico, a lo húmedo y fértil. Otra cosa es que sean volubles, inquietas, caprichosas y variables (no es incompatible con el fango). Los que os elevamos a los aires somos nosotros, que en nuestro impulso y nuestra necesidad os idealizamos y adoptamos una postura de adoración.

Johannes A. von Horrach dijo...

Musa, ¿es usted la musactónicoibicenca, o se trata de un clon?

Sobre lo que dice: ¿no son fango, pues? ¿Entonces qué son? ¿Aubergínies rellenas?

El Pez Martillo dijo...

Buena pregunta, amigo Horrach. Pregunta que yo debería haberme hecho, puesto que he respondido con demasiada familiaridad, dando por supuesto que era ella. De hecho, releyendo lo escrito, por ver si me inspiraba, hay un indicio, se ha referido a usted como doctor. Y ese es un trato que poca gente le dispensa, además de que hace ya un tiempo que es Horrach a secas.

Saludos.

Johannes A. von Horrach dijo...

A saber si es de verdad la musactónica, aunque ella me trataba de 'doctor'. Pero bueno, es igual, que ya dice el gran Rabino Satánico (por cierto, también Gran Maestro de la Informática) que "el mar está lleno de peces".
Shalom

Anónimo dijo...

Amigos pez y doctor, la duda ofende, claro que soy yo la Musactónica, acaso hay otra? No es una pregunta hecha con vanidad, está claro que hay otras musas por el mundo, mucho mejores que yo seguramente, pero creo ser la única que visita este blog. Con permiso de las otras féminas que también se dejan ver por aquí de vez en cuando...
Respecto al trato de doctor, lo siento, debo decir que no sabía que había dejado de ser usted doctor

Anónimo dijo...

Por cierto, aunque a lo largo de mi experiencia vital me han llamado muchas cosas, debo decir que nunca había sido tratado de "aubergini rellena". Y amigo pez, no hace usted sino darme la razón, las Musas nos convertimos en éter, estamos en el aire, da igual que sea por la acción de los hombres, al final terminamos en la esfera de lo inteligible

El Pez Martillo dijo...

Pues yo prefiero que las musas sean tangibles.

Anónimo dijo...

A mí la musa me suena a mayonesa... creo que me repito (igual es all i oli).

Y, ¿musos no hay? Yo siempre he pensado que individuos como el rabino satánico eran muy inspiradores. De algo. No necesariamente bueno. Pero eso.

¿Las musas musean en general, o sólo si el que las evoca tiene palote?

Johannes A. von Horrach dijo...

Musactónica, no se preocupe, que he llamado cosas peores que 'aubergínia' a la gente. Pero entienda que yo soy como esa gente de Sa Pobla que para saludar con cariño a alguien le dicen: "¡hola, fill de puta mal te moris!". Cuestión de estilos.

Pez: la Musa, por sí misma, no es nada significativo, carece de valor autónomo; si no existiera un Dante, la tal Beatrice habría sido olvidada completamente. La Musa es un medio para despertar la creatividad, pero nunca puede ser el fin. Dante es necesario, pero su musa no pasa de intercambiable, podría haber sido otra y no hubiera pasado nada.

El Pez Martillo dijo...

Pregúntele usted a Dante si su Beatrice era intercambiable y verá lo que le dirá. Visto desde fuera, lo que dice es cierto. Desde dentro es muy distinto.
Musa no hay más que una, y a usted le encontré en la calle.

Johannes A. von Horrach dijo...

Precisamente, Dante conoció a Beatrice cuando ésta tenía unos 9 años (bueno, más o menos; si no eran 9 debían ser 10 u 11), y era consciente de que la Beatrice que le inspiraba estaba más en su cabeza que en el cuerpecito de esa niña italiana. Lo que tenía claro, como muchos artistas, es que necesitaba una musa, la que fuera, y se agenció la primera que pilló; podría haber sido cualquiera, pero el azar lo llevó a Beatriz. Como el Quijote, que se encoña con una tía que ni siquiera existe. Como dice el gran Javier Corcobado: "LO QUE NOS MUEVE ES EL HAMBRE, NO LA COMIDA".

Anónimo dijo...

Seguro que a las mujeres les encanta el papel que la mitologia tradicional masculina les asignó:

- orgánicas (solo cuerpos) frente a la espiritualidad del hombre (mente, alma, espiritú)

- barro, por encima modelado por el hombre. Hombre que por tanto se convierte en un dios desde el momento que es capaz de modelar barro.

- Inspiradora pero nunca creadora, es decir agente pasivo no agente activo.

- Dependiente del hombre para poder realizarse. Desde el momento que no es agente activo no puede conseguir por si misma lo que desea, tiene que inspirar al hombre para conseguirlo.

- Yo soy hombre y artista y me niego a dejar mi creatividad en manos de nadie (y que conste que lo que mas dibujo y pinto son mujeres). La respuesta está en mi interior y no necesito a un agente catalizador.

Tal vez señor enfermero filósofo debería de revisar su filosofia y tratar de aparcar sus ideas preconcebidas, para que sus conclusiones filosóficas dejen de estar influidas por el peso de la tradición, sobre todo aristotelica que consideraba que la mujer no tiene la misma categoria, dentro de su clasificación de los seres vivos, que el hombre.

Saludos.

El Pez Martillo dijo...

Señor r, gracias por el comentario.

Es muy posible que lo que usted dice sea el papel mitológico que se le han otorgado a las mujeres. Reviso lo que ha dicho punto por punto desde mi modesta atalaya, por si acaso me atribuye alguno de ellos:

-¿Quién dijo que lo espiritual fuera superior o mejor? Desde mi posición diría que no. Digo lo de la naturaleza más orgánica de la mujer con admiración. Todo lo espiritual no es más que un síntoma de un estado carencial.

-Nunca dije que fueran barro, sólo que están más en contacto con él.

-Creo que hablé de las mujeres creadoras, es algo innegable. De hecho, lo que doy a entender que las creadoras son ellas. Nosotros por nosotros mismos no podemos crear.

-Más o menos lo mismo. No creo que dependan de nadie. Es más, los numerosos mitos que atribuyen el origen de todos los males a las mujeres (Eva, Pandora...), dan muestra de su independencia y no sometimiento.

-No es necesaria una musa real y física. A lo mejor el hecho de pintar mujeres es un síntoma en favor de lo que digo. El impulso creador del artista siempre viene del interior. Pero eso de la creatividad y la inspiración también es una tradición y una idea preconcebida (por cierto, en parte aristotélica) que a lo mejor convendría revisar.

En ningún momento quise dar a entender una supuesta superioridad de nadie sobre nadie. Y el que vea eso, debería quitarse alguna anteojera.

En cualquier caso me gustaría y agradecería poder ver alguna de sus obras, si es posible.

Anónimo dijo...

Lo siento no soy capaz de acabar de leer por eso no puedo contestar con propiedad....Además no quisiera señor Martillo (para golpear que o a quien por cierto) que le entre dolor de cuello al mirar hacia abajo desde su "Atalaya", jejejeje

No son barro solo están mas cerca de él!!!! jajajaja.

Mis mas cordiales saludos desde la tierra. Es decir el lugar donde se encuentra el barro :)

Anónimo dijo...

Por cierto ya que yo he hecho un comentario en su blog a lo mejor a usted le apetece hacer lo propio en el mío.

www.dibujosyvarios.blogspot.com

Saludos de nuevo