jueves, 12 de julio de 2018

Del Valle de los Caídos

Vamos a morder la carnaza, el cebo que nos han echado esta vez. Pero seamos originales, tirando de memoria. Hablemos de Franco y el Valle de los Caídos. 

Mis dos abuelos estuvieron en la guerra (nuestra guerra civil es "la guerra"), uno en cada bando. Aunque para quitar un poco de hierro al asunto a veces se diga que estar en un bando o en otro a veces era cuestión de azar, ellos fueron convencidos. El materno, republicano e hijo de un histórico del socialismo mallorquín, estuvo en el frente de Aragón y al acabar la contienda estuvo prisionero varios meses. El paterno, salmantino, luchó en la marina de Franco y fue testigo del hundimiento del crucero Baleares (tengo algunas fotos originales y tal vez inéditas del naufragio). 

Vayamos al Valle. Al poco de morir el dictador, mi abuelo republicano se apresuró a ir a visitarlo en su tumba. Decía que quería asegurarse de que estaba muerto y enterrado. Sobrevivirle fue su pequeña venganza. Hablaba de su visita al Valle de los caídos con orgullo, y recomendaba a la gente que fuera. El otro abuelo, el nacional, jamás estuvo. 

Hace unos años yo mismo lo visité. Me pareció sobrecogedor, oscuro. No tanto un monumento a mayor gloria de los vencedores y sus ideas (en un principio debía ser un monumento a las víctimas de un bando, pero con el tiempo se introdujeron caídos en ambos bandos), como un lamento por la guerra y la destrucción (un tanto hipócrita, es verdad, lamentar la destrucción tú contribuiste a sembrar, pero bueno). 

Sea como fuere, Franco nunca lo planteó como su tumba (parece que no tenía ningún plan al respecto, ni él ni su familia), así que da lo mismo dónde esté. Lo que ne no da lo mismo son los rasgamientos de vestiduras y la utilización de los tópicos por parte de gente a la que todo aquello le queda lejos. Y en nombre de otros que lo vivieron todo en primera persona, como si tuviéramos el deber de completar lo que creemos que no fueron capaces. Y eso que soy de los que piensa que las heridas aún no están cerradas y que el país aún tiene que vérselas cara a cara con aquello. Obviamente, ningún bando (si es que aún se puede hablar de bandos, que creo que un poco sí) está listo aún para hacerlo. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí nadie habla de paro, de deuda, de precariedad, de desahucios, del precio de los alquileres, de inseguridad, de delincuencia, de suicidios... Nos pastorean con los temas que ELLOS deciden: la manada, fútbol, feminismo, la fundación Francisco Franco, más feminismo, etc

El Pez Martillo dijo...

Cierto, pero sospecho que hay quien nos quiere pastorear con la excusa del paro, la deuda y todo lo demás...