Hay monstruos ahí afuera. No lo olvidemos. Figuras que se agazapan en la oscuridad, que a veces invaden los espacios de luz. Su propósito es extinguirla y expandir su imperio. No caigamos en el error de creer que portamos luz y sólo por eso ya somos inmunes. Ni podemos aspirar que lo ilumine todo. Si queremos un mínimo destello, hay que tenerlo en cuenta. No estar ciegos. Ni meternos en nuestro refugio creyendo que estamos a salvo. Sólo cabe el afrontamiento si deseamos cierta ventaja. Porque lo oscuro también está en nosotros, y por ahí ha de empezar la batalla, aunque hemos de saber que la victoria total no es posible.
Sí. Dentro también hay monstruos. Más voraces quizás. Más destructivos. Porque somos nosotros. Y pueden usarnos como cabeza de puente y proyectarse a los demás. Para ellos tenemos la antorcha.
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