Terminas tus estudios y eres joven. Tienes ganas de comerte el mundo. Si has estudiado algo para lo que tienes vocación y vales, quieres hacer muchas cosas, avanzar profesionalmente. Y entonces es cuando empiezas a darte cuenta de cómo funcionan muchas cosas: innumerables trabas burocráticas, filtros que pasar, oportunistas y trepas varios que con menos llegan más lejos... En definitiva, toda una carrera de obstáculos que te desgasta, aniquila todo entusiasmo, y hace que te vuelvas escéptico (cuando no cínico) respecto a casi todo. Al final acabes yendo a cumplir, a hacer las cosas bien y poco más.
Y acaba llegando el día en que todos esos que te han llevado a esta situación (personas e instituciones, formas de trabajar, costumbres...) te recriminan tu actitud y tu "escasa implicación".
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