A la gente (a las mujeres, mayoritariamente) le ha dado por leer novelitas eróticas donde se juega con el asunto de la sumisión y el sado light. Servidor tenía curiosidad, por aquello del morbo, y como no hay mucho tiempo en esta vida que perder, preferí ir a las fuentes, a los clásicos. Me he hecho con los escritos del Marqués de Sade (en concreto Las 120 jornadas de Sodoma, Justine y La Filosofía en el tocador), y debo decir que lo estoy gozando cosa mala. El catálogo de depravaciones, crímenes y asquerosidades varias es vastísimo (y bastísimo), y está repleto de variantes y posibilidades. Es delirante, bizarro, extremo y delictivo.
Eso por el lado del morbo. Pero sabiendo que el divino marqués vivió y escribió en los años previos y posteriores a la revolución francesa, con su Ilustración y su culto a la Razón, y que fue admirador de Rousseau, uno sospecha que hay en esos textos un trasfondo que va más allá del puro morbo, aunque la profusión de fluidos que fluyen en las historias que nos cuenta (y son toda clase de fluidos que ustedes puedan imaginar, y puede que alguno más..) nos impida ver con claridad lo que esconden.
Sea como fuere, pareciera que todo lo descubrimos ahora (me refiero a esas lectoras que se mojan leyendo el Corín Tellado del sado), cuando todo lleva muchísimo tiempo inventado, y en un grado que no serían capaces de soportar. Como tampoco soportarían lo que se puede leer entre las páginas del marqués toda la cohorte de tarugos de youtube que se dedican a despeñarse por escaleras, darse golpes o hacer piruetas imposibles que acaban con los dientes en el suelo. Son todos, ellas y ellos, unos subproductos de segunda, por muy auténticos que se crean.
2 comentarios:
Sí, era muy fan de Rousseau, y aunque en principio pueda parecer una contradicción, Camille Paglia supo ver las identidades internas de ambos discursos cuando escribió que "todos los caminos que salen de Rousseau acaban en sade" ('Sexual personae).
¡¡¡Jajajaja!!! me encanta ese lado mordaz.
Yo he leído la novela famosa. Tiene tres tomos, llegué hasta la mitad del segundo.
En realidad se trata de una novela rosita con algún toque sado que es lo único que le presta cierta atracción, más que nada por la curiosidad que provoca. Por lo demás, se trata de un auténtico desecho literario (mal escrita, mal traducida...).
En fin.
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