Ahora nos vienen con todo el asunto este de la marca España. Cualquier acontecimiento es interpretado en esa clave, como bueno o malo para la imagen del país en el exterior. Supongo que es importante, pero la imagen es más bien un producto secundario de otras cosas que deberían ser consideradas prioritarias. Quiero decir, que la imagen es una especie de colofón que se da si antes hay otras cosas. Y además, la imagen no sólo es cuestión de proyección, sino de recepción. Es como ser un guarro y pretender ocultar el olor corporal con litros de perfume, que puede que se engañe a alguien, pero se queda aún peor.
Dice el refranero que la mujer del César no sólo ha de ser honesta, sino que ha de parecerlo. Pues con esto de la marca España da la impresión de que lo que importa es que parezca honesta, sin preocuparse del todo en que lo sea (con lo cual, si a veces es difícil parecer lo que se es, más difícil es aún parecer lo que no se es).
En fin, y por seguir con el refranero: aunque la mona se vista de seda...
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