lunes, 5 de marzo de 2012

Libertad obliga

La llegada de Internet ha mejorado las posibilidades de opinar. Casi todo tiene la posibilidad de ser respondido o valorado. A priori eso está muy bien. Hasta que ves lo que la gente opina. O más que los contenidos en sí de sus opiniones, sus formas (y el contenido, porque lo que gran parte de la chulería y matonismo que hay por ahí no esconde otra más que la pura vaciedad). Y llegas a pensar que si esto era la libertad de expresión, es casi prescindible. 

Pero pensándolo un poco mejor, a esa libertad de expresión habría que añadirle algo por parte del opinante. No basta con soltar la "idea" sin más, como si con ello quisiéramos noquear a los demás (y aquí trasluce un problema de nuestro tiempo: el ver a los demás como rivales a batir, no creo que la tan traída y llevada competitividad vaya por ahí)) una buena opinión, si quiere serlo, merece cierto cuidado. Igual que antes se decía aquello del "nobleza obliga", la libertad también obliga (la de expresión, y cualquier otra variante de libertad), y hay que mimarla y darle lustre para que reluzca como el tesoro que es. 

Pero eso hay que cultivarlo, y se ve a muy poca gente por la labor.

2 comentarios:

PENSADORA dijo...

A lo mejor es que confundios opinión con crítica y a partir de allí, todo se contamina.

No sé, no sé...

Salud! (de eso que no falte)

El Pez Martillo dijo...

Sí, tendemos a ser críticos. Demasiado a veces. Pero la crítica también puede ser mesurada y elegante, no hace falta ser desafiante y vociferante.

Saludi, sí, ya casi es lo único que que nos queda, y no del todo...