Una araña se ha instalado en el retrovisor de mi coche. En el izquierdo. El del lado del conductor. Una tarde, circulando por la vía de cintura, al comprobar si venía alguien por el carril central, vi el destello de su tela. Se extendía desde el retrovisor hasta el marco del cristal. Al llegar la retiré con un trapo. Pero al cabo de unos días volvía a estar ahí. La volví a quitar y apareció de nuevo. Comprendí que la araña estaba dentro del retrovisor, detrás del espejo, en los recovecos del plástico, protegida y cómoda por el calorcillo del sistema antivaho. Desistí de destruir su tela.
Ahora, cada vez que uso el coche voy viendo el avance de los finos hilos, sus formas y sus brillos. Creo que empiezo a albergar algún sentimiento hacia la octópoda inquilina del retrovisor izquierdo de mi coche. Le estoy cogiendo cariño, aunque en realidad nunca la he visto. Hasta me plateo cazar moscas, para dejárselas en la red y alimentarla. El problema vendrá cuando las moscas no basten, y tenga que cazar pájaros. Y luego gatos...
1 comentario:
Aaaalaaaa!!! ¿pero qué tipo de araña te crees que tienes? de gatos nada, si es capaz de sobrevivir durante tanto tiempo en el retrovisor se merece, al menos, un poco de ternera de la buena.
Salud!
Publicar un comentario