Y ahora (justamente ahora) va un banco y dice que es el momento de desaprender. Lo cual suena a neolengua, a otra forma de invitarnos a olvidar.
De momento, ¿qué tal si empezamos desaprendiendo a domicilar, a invertir o a ingresar? Verán que divertido.
4 comentarios:
Bien dicho! ridiez!
Yo también sé hacer recortes, cagüen!!!
Hace un tiempo, un amigo me llamó la atención sobre algo relacionado con lo que dices: ¿cuántas empresas o administraciones conocemos en las que no te pidan un número de cuenta corriente para poder cobrar el salario, la beca o lo que sea?
Sí, y además sin darte opción (la única alternativa es en qué banco domiciliar). Aunque es más cómodo (no has de ir a buscar cheques, a cobrar o a pagar, hacer colas...), de cada vez me hace menos gracia. Entre esto y las tarjetas de crédito, vemos poco dinero, lo cual hace que se gaste más alegremente.
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