viernes, 17 de octubre de 2008

De caídas y nacionalismos


Cuando hace casi 20 años cayó el muro, recuerdo que leí que en los siguientes años se iba a vivir una reactivación del nacionalismo, y no sólo en los países que habían estado bajo dominio soviético, sino que en todas partes, acabada la referencia ideológica (directa o indirecta) para una gran parte de la población, mucha gente iba a exacerbar sus sentimientos comunitarios. El nacionalismo es algo que viene de antiguo, pero no es menos cierto que de unos años hacia aquí muestra una cara mucho más siniestra que en otros períodos (vale decir, su auténtico rostro, a falta de comprobar que no tenga uno aún peor, cosa que no pocos sospechamos). Y es que los seres humanos necesitamos una tabla de salvación sobre la que flotar en el mar de la incertidumbre, pequeños puntos de seguridad en los que buscar refugio a toda la zozobra que nos azota. Y claro, el de la comunidad (en el sentido más atávico) es el recurso más a mano cuando todo lo demás falla.

Caído el comunismo, muchos de los que, de haber continuado ahora serían comunistas y estaría por la revolución, la lucha obrera y todas esas cosas, ahora se proclaman fervorosos patriotas de su tribu. En el fondo, les anima el mismo espíritu trangresor y revolucionario, y buscan una cierta ruptura del orden, y por eso se apuntan a nacionalismos de corte rupturista, creyendo que la consecución de la ansiada independencia les traerá la Arcadia que imaginan en sus sueños. Como es obvio, ese nacionalismo depende en buena medida de la tierra en la que se haya nacido y de la presencia y fuerza previas de esos nacionalismos. Así, en regiones con un independentismo poderoso previo, lo más fácil (porque esa es otra, todo el mundo se apunta a lo más fácil) es caer en sus redes.

El "otro" nacionalismo, el que no rompería nada, el que sólo defendería lo que ya es, es otro cantar, puesto que no hay ninguna utopía a alcanzar, ya lo tenemos, quedando en cierto modo neutralizado el impulso nacionalista de carácter "central" y reservado a posturas en cierto modo exaltadas y caricaturescas (más allá del lógico sentimiento de defensa del sitio de donde se es). Los gobiernos, metidos en una dinámica cada vez más internacionalista (con sus reuniones, su economía global, sus pactos y alianzas...), han ido mostrando un perfil más moderado y atenuado en lo que respecta a lo nacional y distintivo.

Sin embargo, resulta que ha habido de venir esto de la crisis, para que veamos cómo distintos gobiernos, atemorizados por lo que pasa y lo que puede llegar a pasar, empiecen a agarrarse al clavo ardiendo de los valores patrióticos. Así, tenemos a Italia cada vez más estricta con la inmigración y todo lo no italiano, a Francia amenazando con suspender los partidos en los que se silbe y abuchee a la marsellesa... y a todos nacionalizando y metiendo dinero público en sus bancos. Son sólo tendencias y pequeños signos, pero que hacen sospechar que algo se está moviendo, que hay una cierta implosión o colapso de algunas de las cosas que en los últimos años han ocurrido. Puede que sólo se quede en esas señales. O puede que, si la cosa va a peor, se acentúen. Nos mantendremos atentos.

4 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

A pesar de las diferencias ideológicas, es casi lógico que uno se pase del comunismo al nacionalismo. Los dos son proyectos comunitaristas, y eso quiere decir que el individuo no tiene cabida en esas cosmovisiones.

Eso de que les anima un espíritu 'transgresor' no lo tengo claro. Esta peña tiene la misma idea de transgresión que la Fura dels Baus, o sea, una birria. Que vayan contra el orden actual eso sí lo creo más, pero lo que les disguat de este orden es precisamente que es poco 'ordenado'; demasiasda incertidumbre para ellos, demasiada confusión. Los comunitaristas prefieren un 'nuevo orden' en el que las cosas estén más claras y las jerarquías vuelvana ser tan firmes como antes. Les mueven pasiones religiosas, en el sentido de la palabra etimológica, 'religare', es decir, 'reunir', hacer piña y excluir a los que no son de la secta. Son unos reaccionarios, sector cavernario.

De todas formas, que el nacionalismo va a más es algo que no es de ahora, sino desde finales de los 90, creo yo. En España, en Europa y en el mundo en general.

shalom

PD: ¿"ha habido de venir"?... ¿¿comorl??, jajajaj.

Johannes A. von Horrach dijo...

PD2: 'disguat'= disgusta.

El Pez Martillo dijo...

Lo del espíritu "transgresor" lo decía precisamente en el sentido que usted precisa, en el de que es una transgresión de un determinado orden establecido. Y sí, viene de los 90, como bien predijo esen que dijo lo de que tras la caída del muro iban a acentuarse los nacionalismos.

Lo de "haber de" en castellano es totalmente correcto. Es más común lo del "tener que", pero ambas formas se pueden usar (no como en el catalán, que tanto nos han machacado con lo del "tenir que" y el "haver de").

Saludos.

Johannes A. von Horrach dijo...

Será 'reglamentario', pero no me diga que no suena gago gago el 'ha habido de venir'.

Sobre el tema que toca, es interesante ver la relación de la actual izquierda con el nacionalismo. Como he dicho antes, me resulta más o menos lógico que los comunistas se puedan llegar a pasar al sector nacionalista, dado que no tienen que cambiar muchas cosas para hacer ese tránsito. Lo que me llama la atención es que también den ese paso personas que no son comunistas sino socialdemócratas.

shalom