jueves, 3 de abril de 2008

Ritmo circadiano


Cada persona tiene sus ritmos y sus tiempos. Los hay que se encuentran mejor por la mañana, otros por la tarde, y otros por la noche. En mi caso, los años me han demostrado que las mañanas no están hechas para mi. El despertar no es lo mío, y mi cuerpo tarda en ponerse en marcha. Madrugar es un suplicio, y cuando lo hago (por suerte, al trabajar por turnos, no lo he de hacer todos los días), sé que me espera una mañana terrible. Me dan ataques de sueño que hacen que me encuentre mal, bajones inexplicables e incluso algún que otro mareo. Sí, las mañanas son duras para servidor. La tarde-noche ya es otro cantar, pero también tengo mis momentos. Uno de los mejores ratos del día es la sobremesa, entre las cuatro de la tarde y las seis. Ahí estoy pletórico. Por eso no duermo siesta, porque es desperdiciar el tiempo en que mejor estoy. Ahí es donde a menudo a provecho para leer, escribir, y otras actividades que me absorben la atención.

A media tarde la cosa decae otra vez, pero sin llegar a los extremos de la mañana, simplemente empiezo a acusar el cansancio acumulado de todo el día. Pero rápido remonto el vuelo, y por la noche vuelvo a encontrarme en mi salsa. Entre las diez y la una de la madrugada es muy buena hora. Luego empieza el declive, y a partir de las tres de la madrugada, si no me he ido a dormir, voy cuesta abajo y sin frenos, y sólo la cama puede salvarme.

8 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Es usted un poco guadianesco, ¿no? Servidor es algo más lineal: empiezo el día como usted, fatal, aunque me puedo levantar más tarde que usted (mi familia dice que verme deambular por la casa una mañana es como contemplar a un zombie que lucha por sobrevvivir), y voy espabilando a medida que el día avanza, en sentido progresivo. Por eso lo de escribir, follar y cosas así las dejo para estas últimas horas del día.

El Pez Martillo dijo...

Guadianesco no, bipolar más bien. Ya conoce usted mis bajones y mis subidones...

Stones dijo...

A mi me gusta más la noche. Cuando me levanto siempre pienso que no quiero ir al cole... Según va pasando el día me voy animando. Sobre las once empiezo a estar bien. A las cuatro me empieza una perreria bestial (me encantan las siestas, sola y en compañía) y luego me pasa como por la mañana, poco a poco voy remontando el vuelo y sobre las nueve en adelante estoy en mi salsa. Si estoy cómoda y bien se me pueden pasar las horas del reloj volando y el momento más mágico es aquel en el que empieza a amanecer.

PENSADORA dijo...

Ala! les voy a llevar la contraria. Lo mío son las mañanas.
Me gusta madrugar, sobre todo, porque lo del desperazamiento me lo tomo muy en serio: unas vueltas de más en la cama, estiramientos varios, duchita y desayuno completo, cosas que me cuestan una hora aproximadamente y que me hacen sentir más que bien. Así que no me queda más remedio que levantarme hora y media antes de ir a currar. Suelo llegar de bastante buen humor a la oficina, que se me va agriando conforme pasan las horas. Ya para la tarde, estoy hasta los ovarios de mis queridos clientes y otros energúmenos varios del mundo del motor. Así que a la noche, sólo me queda llegar a casa, cenar e intentar desconectar.
Otra cosa son los fines de semana, pero no me quiero alargar.

llum dijo...

Pasando por aqui....
Yo estoy en crisi con la noche, ya no la soporto despues de 15 años, se me caen los parpados. Veremos que tal me sienta madrugar.

Saludos

Anónimo dijo...

Yo me levanto con un humor de mil demonios. Es horrorosa esa sensación de despertarte. De tener que levantarte, por mejor decir. Pero luego a mí las mañanas me gustan mucho, y una de las mejores horas del día es el amanecer...

Y yo también estoy en estado pletórico por la siesta. Debe guardar alguna estrecha relación con la excitación sexual, yo creo.

Y la noche, cuando todos duermen, es el mejor momento para escribir, leer o callejear por ahí al tuntún.

Jarttita. dijo...

Pues a mí las mañanas me encantan, y el despertar. Ese dar gracias al abrir los ojos y ver lo que tienes. La noche en la calle cada vez la soporto menos, pero en fin, si hay que ir se va, aunque ir pa´na es tontería.


En cuanto a las siestas, ejem...ya le estoy pillando su aquel:P.

El Pez Martillo dijo...

Veo que los nocturnos somos mayoría por aquí.

Javi, has tocado una de las cosas que me encantan: pasear por la noche. Me encanta caminar por las calles vacías (o conducir por avenidas desiertas), es un gran placer.

Jartitta, lo que dices de las siestas no será por lo que dice Javi de la excitación sexual...?

Saludos a todos y gracias por participar.