lunes, 11 de diciembre de 2006
Mojo
Muddy Waters. Got my mojo workin'.
Contra lo que pueda parecer a simple vista, no voy a hablar de la rica salsa canaria. El mojo al que me referiré es algo diferente. Se trata del mojo americano, que es un tipo de amuleto llevado allá por los africanos en la época de la esclavitud. Es una bolsita en la que se introducen objetos que se supone que tiene alguna clase de poder (tales como pelos, uñas, alguna moneda, o una oración escrita en un papel, por citar sólo unos cuantos). El cierre de la bolsa es muy importante, ya que debe ser anundada de un modo determinado. Finalmente, la bolsa de mojo se "activa" rociándola con alguna clase de líquido (perfume, algún aceite, o incluso unas gotas de orín). Una vez hecho todo esto, ya se puede disfrutar del mojo y sus efectos.
Como se ve, la influencia africana es enorme y se puede asimilar a las prácticas del vudú, tan comunes en las islas del Caribe y en el sur de los Estados Unidos (principalmente en el delta del Mississippi).
El efecto del mojo es básicamente protector. Es un amuleto que protege del mal (tanto en general como de los males de ojo que nos puedan haber aplicado) y que trae la suerte en los asuntos monetarios y amorosos del que la porta. Así, podemos entender que alguien lleve una de estas bolsas al casino o a una cita, por poner un par de ejemplos.
Los esclavos, entre quienes era popular el uso de estas bolsas, las integraron en su cultura popular, haciéndolas protagonistas de sus canciones e historias. De este modo, tenemos que en el siglo XX son numerosas las referencias al mojo en la música que hicieron los descendientes de los esclavos en el sur de los EEUU, el blues. Son innumerables los temas en los que aparece el término. A finales de los 50 y en los 60, el público blanco empezó a interesarse por el blues y la música negra, haciendo sus propias versiones y adoptando su vocabulario. De este modo el mojo pasó a convertirse en un sinónimo de la líbido y del atractivo sexual (en un giro de rosca restrictivo de lo que en sus orígenes era el mojo). Así tenemos que Jim Morrison se refería a su mojo en alguna de sus canciones, y que, en un ejemplo reciente, a Austin Powers le roben el mojo en la segunda de sus películas.
¿Y porqué escribo hoy esto? No sé, entre otras cosas porque no tenía nada mejor que poner, y porque en mi gusto por el blues, me he encontrado en muchas ocasiones con eso del mojo. Y porque hay días en los que uno se nota, "con el mojo subido". Y porque hay otros días en los que me haría falta una de esas bolsitas. Y porque sí.
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