V de vacaciones

Ya estamos en Julio. Ya estoy de vacaciones. Parecía que no iba a llegar, pero el tiempo me ha puesto en esta fecha. Y por delante, 31 días para descansar, para disfrutar (como si el resto del tiempo no hubiera que disfrutarlo), para olvidar el reloj. El año ha sido duro, sobretodo el último mes, el trabajo se ha acumulado y nos ha desbordado. La cosa sigue más o menos igual, pero ahora ya la veo en la distancia. Espero que en este mes se arregle un poco, y vuelva con las aguas otra vez en su cauce. Y si no es así, por lo menos habré descansado un poco, que es de lo que se trata.

Aprovecharé el tiempo libre para hacer varias cosas que tengo por ahí medio aparcadas. Y, por supuesto, pensaré, pensaré mucho (no en vano la filosofía es mi otra vocación, y como bien dijo Aristóteles, es hija del ocio). A menudo, la gente toma las vacaciones como una huida, y lñas aprovecha para escapar de su vida cotidiana (sólo hay que ver los telediarios y las ansias locas que le entra a la gente estos días por viajar, en el fondo están sometidos al mismo compás de siempre). A mi me parecen más bien una parada técnica, una muy buena excusa para poner un poco de orden en la vida de cada uno, para hacer repaso y para preparar lo que está por venir.

Estoy contento de poder disfrutar de mis vacaciones (no todo el mundo puede, contratos-basura, paro, explotación laboral..., nos lo impiden), pero en el fondo siento algo de vacío. Uno se acostumbra a las rutinas, y la perspectiva de un mes sin ella no deja de generar algo de vértigo. Además, he de confesar que echaré de menos a mis compañer@s de trabajo (ya los echo de menos, a unos más que a otros, la verdad sea dicha) y que no veo el momento de volverl@s a ver y a compartir estrés y buenos momentos como los que ya hemos vivido.

Y como regalo, dejo una canción que me está rondando hoy por la cabeza, para que la disfrutéis (creo que voy a poner una canción en cada entrada, relacionada o no con ella, más que nada por ilustrar un poco):