De tanto en tanto alguien ya casi olvidado se acuerda de nosotros. Viejas amistades que en día frecuentamos. Gentes con las que mantuvimos alguna clase de relación (contractual, laboral, comercial...). Nos comunican algo o sencillamente quieren saber de nosotros (o en el peor de los casos, obtener algo). Fantasmas del pasado que a veces molestan y a veces generan extrañeza o mera indiferencia. También puede ser una alegría.
Y también puede ocurrir, como me ha ocurrido hace unas horas, que sean varias personas a la vez las que comuniquen con uno, por motivos diversos y en principio nada conectados entre sí. Se está en alguna clase de vórtice que apunta a uno y que dirige la memoria de los demás. ¿Qué clase de señal hay ahí, si es que la hay? Lo más fácil es darle la culpa a la casualidad y olvidarse. Pero se queda uno algo mosqueado. Y si le sumamos que no han sido las únicas fantasmagorías que me han rondado en las últimas semanas, más aún.
Es extraño.
2 comentarios:
Guste o no, la explicación más lógica suele ser la más sencilla.
Yo voto por la mera casualidad.
Salud!
Yo también, pero dejemos volar la imaginación, al menos para decorar la entrada jejeje.
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