viernes, 8 de agosto de 2014

True detective


Mucho ojito que hay semispoilers
Hace nada que he acabado de ver True detective, y aún la estoy digiriendo. Más allá de la historia del asesino en serie que utiliza sus víctimas para realizar extraños y oscuros rituales (algo ya bastante visto), están los personajes, hasta el punto de que uno no sabe bien de qué va exactamente la serie, si sobre la investigación o sobre los investigadores. Agentes más bien oscuros, con momentos desagradables, y algunas frases lapidarias, sobre todo el extraño Rust Cohle (interpretado por un Mathew McConaughey en estado de gracia, quién nos lo iba a decir cuando era guapo oficial de Hollywood y novio de nuestra ínclita Pe), que transita por una misantropía resignada pero que se obsesiona durante años con desentrañar el misterio del asesino (a pesar de la epifanía que sufre al final, que le lleva a hablar en términos de luz y oscuridad, me parece más bien que es la obsesión lo que lo mueve, la férrea voluntad de resolver un puzzle que le reconcome). 

Reconozco que el tono en el que hablan se puede hacer pesado, y que el rollo subsuelítico y místico-filosófico que se trae el susodicho Cohle, sumado a que la acción a veces se atasca y se va por otros derroteros (como las infidelidades y el matrimonio del personaje que interpreta Woody Harrelson, gracias al cual vemos el lado oscuro de este detective) puede hacérsele indigesto a más de uno, pero la serie es toda una experiencia, cuando menos desde el punto de vista estético (la fotografía es magistral, y esos ambientes pantanosos de la Lousiana le dan peso y densidad a los captítulos). No es trepidante, no (si exceptuamos el muy comentado plano secuencia final del cuarto capítulo), pero a alguien que ha estudiado filosofía y que le gustan estas cosas con cierta profundidad (aunque tampoco es un tratado de metafísica) se le hace agradable de ver, y al menos le da una vuelta de tuerca al género policíaco, tan común y explotado en nuestros días. 

Y además, la banda sonora, seleccoinada por T Bone Burnett, es brutal.

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