viernes, 2 de diciembre de 2011

Volubilidad bursátil

Me he enganchado a las evoluciones de la bolsa y la prima de riesgo. Tanto hablar en la prensa de que si suben o bajan, que he querido seguirlas sin que me lo cuenten. Es un vicio. Cada dos por tres refresco la página. Ahora ha subido dos puntos. Pero luego baja cinco. Apasionante. Y eso que no entiendo ni papa ni me juego nada de forma directa en ello. Si tuviera que ganar o perder dinero, entonces entiendo la obsesión que se puede llegar a tener con la bolsa y las inversiones. 

Además de la cuestión puramente material, que es la más evidente y por tanto la que la grandísima mayoría aduciría para entender y explicar la pulsión bursátil, pienso que hay otro impulso más fundamental en el trasfondo: el del control. A menudo se compara la bolsa con los juegos de azar, en los que se gana o se pierde sin sentido. Aquí de lo que se trata es de prever, de domeñar ese azar, de adelantarse a las circunstancias. Y esto es lo que nos trae de cabeza a los humanos, escapar al azar y al sinsentido. Aunque sea a costa de crear una ficción autocumplida que en última instancia no logra sus objetivos.


No hay comentarios: