Es tan grande el impulso a la novedad, a la ruptura, que se hace precisa la ligazón de los fragmentos, el hilo conductor, la hoja de ruta. Ir hacia adelante mirando hacia atrás, más atrás que adelante. Salvar algo de la ruina. Y entonces, se deshace el quiebre.
O disolución radical o continuidad. No hay tercera vía, así que atengámonos a las consecuencias.
3 comentarios:
Jolín que miedo. Suena como apocalíptico...o amenazador... ¡no sé qué es peor!
Pues es el mundo en el que estamos. Y no, no estoy hablando del euro.
Lo sé, lo sé... ¡por eso! ojalá fuera el euro el más grave de nuestros problemas ¡ains!.
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