No sé si es que hemos interiorizado aquello del "Spain is different", o es que realmente lo es, pero hay asuntos en los que parece que constituimos un mundo a parte. Siempre ha llamado mi atención y me ha mosqueado la impermeabilidad musical española. Grupos, estilos e intérpretes que parecen triunfar fuera, aquí pasan no ya desapercibidos, sino que apenas pasan. Y no me refiero a los grandes fenómenos de fans que arrasan en el globo y es imposible no conocerlos, sino a otras cosas, a veces más interesantes pero que aquí no hay forma de escuchar en las radios.
No digo que haya que estar obsesivamente pendientes de lo que pasa allende nuestras fronteras e incorporarlo todo, dejando atrás nuestras peculiaridades. Pero tampoco hay que darle la espalda por completo, como creo que ocurre en gran medida. Sobre todo porque en otras cuestiones sí que existe una cierta correlación con el extranjero que en música no veo.
Para empezar, hacen falta programas musicales en televisión. De esos que antes se hacían pero que cada vez escasean más. Con actuaciones (si son en directo, mejor) y entrevistas. Y no eso que se hace ahora, colar un playback en un programa de cualquier otra cosa, una entrevista sin actuación, o una pequeña reseña en los informativos, y sólo cuando se está de promoción. O programas más o menos musicales en los que vemos cómo se construye un éxito y sus intérpretes.
Así no es raro que las ventas bajen, que se cierren tiendas de discos y que las canciones de moda sean cada vez más banales, simplonas y estereotipadas. Y luego, claro, a despotricar y exigir que terceros les solucionen los problemas. Que si la piratería, que si Internet, que si hay que ver los usuarios (que no digo que no tengan su responsabilidad, pero desde luego no creo que la tengan toda)... Pero todavía no he oído a nadie del gremio hablar de la parte de culpa que ellos tienen, ni apuntar con originalidad en otras direcciones. Y así nos luce el pelo, una isla (desierta) que se autoalimenta, pero en la que cada vez hay menos que comer, y por momentos caemos ya en la autofagia.
Sí, somos diferentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario