Los apóstoles de la tradición, que se llenan la boca apelando a supuestas purezas y hablando de lo importante de la tradición, parecen desconocer que muchas de esas tradiciones que defienden como la más pura expresión de "los pueblos" y de su carácter, son en la mayor parte de ocasiones, relativamente modernos. Ciertamente hay cosas que vienen de hace muchos siglos, pero en buena parte tienen apenas dos siglos o tres, lo que las convierte, en términos históricos, en algo bastante reciente. Claro que se puede decir que son formas surgidas de la evolución de costumbres más antiguas. Pero claro, entonces resulta que la tradición no es tan inamovible como nos quieren hacer creer, y que está sometida al cambio (y lo que el cambio implica es que pueden llegar a desaparecer), y eso no hace tanta gracia. Más pasmados se quedarían los defensores de la pureza si supieran que hay casos en los que una costumbre que hoy en día tenemos por muy nuestra puede tener un origen muy alejado de nosotros, de ese supuesto pueblo y cultura al que representa (por poner un ejemplo sorprendente, el bolero mallorquín, uno de los bailes regionales de por aquí, y por tanto defendido a ultranza por los talibanes de la tradición, no es otra cosa que un derivado de las sevillanas, eso por no hablar de las también tradicionales mallorquinas jotas y fandangos).
Así que sí, mantener la tradición es importante, tampoco se trata de acabar con ella, pero sabiendo un poco lo que hay. Porque a veces da la sensación de que lo que se "ama" tanto no es el objeto en sí, como el sentimiento que se busca generar a través de él. Y eso, en estos asuntos, es jugar con fuego.
3 comentarios:
Lúcido, si señor. Ahí están fiestas que mueven masas mundiales, como la que tiene lugar en Buñol ... apenas unos años la contemplan
O como los sanfermines, que datan de los años 30 del siglo XX. No digo que esté mal, lo que no me parece adecuado es apelar a estas "tradiciones" como si en ellas nos fuera la vida y como si contuvieran no sé qué esencias de lo que se supone que somos como pueblo.
Gracias por el comentario.
O como los sanfermines, que datan de los años 30 del siglo XX. No digo que esté mal, lo que no me parece adecuado es apelar a estas "tradiciones" como si en ellas nos fuera la vida y como si contuvieran no sé qué esencias de lo que se supone que somos como pueblo.
Gracias por el comentario.
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