Como si quisiéramos presentarnos ante los demás de forma impactante, a menudo adoptamos posturas maximalistas, a modo de titular periodístico: algo que llame la atención sobre nosotros y nos haga dignos de ser leídos. Quien se lance a leer el texto, descubrirá matices y precisiones. Incluso, igual que en prensa, puede que el desarrollo del artículo haga la contraria al titular. Pero la gran mayoría toman el resumen por la totalidad y se molestan muy poco en adentrarse en la hermenéutica del otro.
3 comentarios:
En pocas palabras: hay quien se deja llevar por la primera impresión y por no leer el resto del contenido, se pierde lo mejor.
Más bien que nos preocupamos en hacer el titular interesante, y luego no tiene nada que ver con lo que hay después. Por timidez, precaución o, simplemente, mala leche.
Pos eso.
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