En los tres o cuatro países civilizados de Europa puede hacerse de las mujeres, mediante unos cuantos siglos de educación, todo lo que se quiera, incluso hombres, por supuesto no en el sentido sexual, pero sí en cualquier otro sentido. Sometidas a semejante influencia, algún día habrán adquirido todas las virtudes y fortalezas masculinas, aunque en el mismo saco deben también llevarse sus debilidades y vicios: hasta tal punto, como queda dicho, puede forzarse la cosa. Pero, ¿cómo soportaremos el estado intermedio acarreado por esto, que quizá pueda llevar incluso un par de siglos, durante los cuales las tonterías e injusticias femeninas, sus prendas ancestrales, afirman todavía su supremacía sobre todo lo adquirido, aprendido? Esta será la época en que la cólera constituya el afecto propiamente hablando masculino, la cólera porque todas las artes y ciencias estén inundadas y encenagadas de un diletantismo inaudito, por que la filosofía sea llevada a la muerte por una charlatanería descabellada, por que la política sea más fantástica y partisana que nunca, por que la sociedad esté en plena disolución, pues las guardianas de la antigua costumbre se han hecho para sí mismas ridículas y se han empeñado en situarse en todos los respectos fuera de la costumbre. Pues si las mujeres tenían en la costumbre su máximo poder, ¿a qué deberán agarrarse para recuperar una plenitud análoga de poder, tras haber abandonado la costumbre?.
Friedrich Nietzsche. Humano, demasiado humano (1878)
5 comentarios:
Muy interesante texto, muy nietzche. Y tiene mucho de verdad, casi roza la profecía, sí.
"¿cómo soportaremos el estado intermedio acarreado por esto, que quizá pueda llevar incluso un par de siglos, durante los cuales las tonterías e injusticias femeninas, sus prendas ancestrales, afirman todavía su supremacía sobre todo lo adquirido, aprendido? Esta será la época en que la cólera constituya el afecto propiamente hablando masculino..."
Este cachito quizá vaya un poco en el sentido que tenía la entrada que escribí sobre igualdad y tal... quizá estemos pasando por ese "estado intermedio", el que se produce siempre durante una evolución o cambio y cuando se trata de humanos la cosa se alarga...
En realidad es más bien lógico, todo cambio profundo conlleva una fase intermedia en la que no se acaba de estar bien adaptado y en la que "ni se ha dejado atrás del todo, ni aún se ha llegado a ninguna parte". Es normal que haya esa sensación de "disolución", y también que haya "reacciones".
En fin, que es lo que nos ha tocado vivir, y no creo que vayamos a ver ninguna resolución a estos temas. Eso queda, me temo, para los que vengan después.
sip! lamentablemente así va a ser... ains!
jajajajaj, buenísimo este texto, desde luego Nietzshe era un aventajado sobre las cuestiones ctónicas. Cómo llegó a prever la feminización de la sociedad, cuyos efectos podemos ver todos los días.
¿Sería tan amable, amigo Pez, de señalarme la página en la que aparece este texto, que quiero señalarlo en negrita? Merci.
Horrach, está en el volumen I de la edición de Akal, página 210, aforismo 425. Se encuentra en la séptima parte del libro, titulada "Mujer e hijo" (es cortita, se la recomiendo entera, tiene algunmos aforismos interesantes).
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