viernes, 1 de agosto de 2008

Pastillas de colores


La bloguera Electra fantaseaba el otro día sobre el color de unas supuestas pastillas para curar el desamor. Esto me hizo recordar que los colores de las medicinas no son casuales ni se deben a criterios estéticos, sino que, en una gran cantidad de fármacos, tiene que ver con los efectos que se pretenden conseguir. Se puede decir de alguien que "come por la vista", pues bien, todos nos medicamos por la vista, y el color de lo que nos traguemos con fines terapéuticos tiene su influencia en dichos fines, provocando una sobrepotenciación de tipo placebo a los efectos de la sustancia. Se han hecho estudios con una misma sustancia y diferentes presentaciones, resultando que según el color de la asula, el efecto es mayo o menor. Así, los calmantes nerviosos tienen colores suaves y relajantes, y los calmantes para el dolor tienen colores más vivos. Y no sólo es cosa del color, sino también de la forma, ya que también hay pastillas que, por su forma, pueden activar mecanismos subconscientes que ayuden a la química. Con ello se evidencia que parte de la resolución está en nosotros (tal vez porque parte del problema esté en nosotros).

Pero no solo se trata de la cuestion placebo, sino que al mismo tiempo hay que hacer al medicamento reconocible y distinguirlo de otros (con fines comerciales y de seguridad, para evitar peligrosas confusiones). En definitiva, hay toda una ciencia detrás del diseño de los medicamentos, no es puro capricho.

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