miércoles, 2 de abril de 2008

El síndrome de la mosquita muerta


A algunas chicas se las califica de mosquitas muertas. Para ello se basan en su aspecto frágil y nada llamativo, en sus maneras suaves y tímidas, y en su apariencia de no haber roto un plato. Pero muchas veces estas sujetas esconden auténticas fieras experiemntadas en el deporte de destrozar vidas y manejar a los machos que las revolotean.

La explicación es tan sencilla como decir que los hombres somos depredadores y que estas chicas parecen presas fáciles. A una hembra despampanante, de esas de rompe y rasga, de las que se comen el mundo con sus andares y que parecen muy seguras de sí mismas (sólo es apariencia) sólo acceden aquellos especímenes que también muestran gran seguridad en sus dotes amatorias. La mayoría, hundidos en la miseria, ni siquiera aspiran a acercarse, porque se creen incapaces de conquistar a semejantes mujeres. Por eso atacan a las que creen más frágilas, a las que les parecen más al alcance. Y estas mosquitas muertas, con sus ademanes tiernos e inocentes, con su pinta angelical, son una tentación para todo cazador hambriento. Nos creemos que no se podrán resistir a un poco de atención por nuestra parte. Y muy a menudo nos equivocamos, porque esto mismo es lo que hace que tengan a más de un moscón revoloteando a su alrededor. Y a poco que ellas se den cuenta (y tarde o temprano lo hacen), sabrán cómo sacarle provecho a la cosa. Podrán utilizarnos, tiranizarnos, hacer lo que quieran de nosotros. Y además, debido a sus experiencias, pueden ser auténticas felinas maratonianas en la cama.

No hay que fiarse de ninguna, ya lo he dicho en otras ocasiones. Y para reforzarlo, dos refranes: el hábito no hace al monje, y las apariencias engañan.

4 comentarios:

PENSADORA dijo...

Cuánta verdad hay en sus palabras.
Estas chicas no sólo pueden con los hombres, sino también con muchas mujeres que vemos pobrecillas niñas que necesitan una amiga porque están solitas en el mundo... y ¡zas! a la mínima: puñalada trapera de esas que sólo una mosquita muerta es capaz de dar.
Yo ya he sufrido los efectos de la mosquitamuertitis.

El Pez Martillo dijo...

Jejej, ya somos dos los que las hemos padecido, aunque creo que en aspectos diferentes... En cualquier caso, debo confesar mi debilidad por esta clase de chicas. Y es que me encantan estas así con pintas de inocentes y buenas niñas. Qué le vamos a hacer, habrá que tropezar muchas veces para espabilar... (o no).

Stones dijo...

Yo pienso igual que pensadora. La gente frágil te hace tender a protegerla y luego te putea en cuanto puedo. Lo curioso es que aquellas mujeres que parecen fuertes, seguras de sí mismas e independientes, luego necesitan tantos o más mimos que las que se consideran mosquitas muertas.

Este año han entrado 3 compañeras nuevas al curre. Las tres han coincidido en decirme algo. Dicen que a primera vista doy la sensación de alguien muy fuerte, segura de mí misma y que marco mucho las distancias, pero luego que cuando se me va conociendo soy muy "bizcochona". Será que las mujeres con pintas de fuertes y seguras de si mismas se ponen un caparazón para esconder sus miedos???

PENSADORA dijo...

Exactamente stones! suele pasarnos a las chicas de apariencia fuerte y segura que la realidad bajo la piel es otra distinta: sensibles aunque no sensiblonas, esta es la diferencia.
Es normal, amigo pez, que caiga usted también en esa manía que tienen los hombres de dejar caer todo su instinto protector y paternalista en muchachas sensiblonas que no sensibles, resultan atractivas para cualquiera.