jueves, 4 de octubre de 2007

Burbuja


Cada vez estoy más convencido de que vemos lo que queremos ver, de que de algún modo lo que recogemos de nuestro entorno es lo que nosotros ponemos en él. Porque, en definitiva, vivimos en una burbuja a través de la cual vemos el exterior. Pero claro, este exterior está deformado por la burbuja, y así vemos los colores y las formas alteradas según nos vaya en el asunto. No creo demasiado en la objetividad (que no sería más que un juego intersubjetivo en torno al cual poder desarrollar otros juegos en favor de cada uno). La cosa tiene que ver y al mismo tiempo no tiene que ver con ese mantra new age de que recolectamos lo que proyectamos, que si uno está agresivo sólo verá agresividad en torno. También con el refranero, con aquello de "quien siembra vientos recoge tormentas". Por eso es por lo que tendemos a repetir patrones de conducta o sentimentales (o, más frecuentemente, una combinación de ambos), porque en el fondo, lo que hay ahí fuera tiene que ver con el aquí dentro (con lo que estas distinciones quedan bastante difuminadas, no quedando claro dónde empieza una y termina la otra).

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