sábado, 22 de septiembre de 2007

La grandeza de lo humano


Se dice que la obra humana más grande, lo mejor que el ser humano ha hecho en todos sus años de existencia es el Requiem de Mozart (que, como todo lo humano, no lo hizo la humanidad sino un humano, aunque cada uno de nosotros sea tan sólo la punta del iceberg). Si no es así, es de lo mejor. Lo llamativo de esto es que se trata de una obra musical incompleta y compuesta por un hombre enfermo y moribundo, lo cual da mucho que pensar acerca de la condición humana.

Como muestra del Requiem, un pequeño gran botón, el Dies Irae:

2 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Grande el tito Wolfgang. Su Requiem es una de mis piezas favoritas, desde el día que la escuché en el 'Amadeus' de Forman.

Aunque, como obras cumbre en música me quedo con las de Bach, del que se suele decir que su música es "el lenguaje de Dios".

L. David Cáceres dijo...

La verdad es que el Requiem es una gran obra, aunque a partir del la "Lacrimosa" la cosa comienza a decaer levemente. Pero estoy con Horrach, aunque Bach no aportó nuevos bríos a la música sí supo condensar toda la tradición hasta su llegada. Bach es, bajo mi punto de vista, el hombre que logró composiciones más hermosas, "La pasión según San Mateo" me parece un ejemplo digno.

En todo caso, estoy contigo en la enorme paradoja que supone encontrar que el señor Mozart compuso una de sus cumbres en un estado de salud deplorable. Curiosa paradoja, tan común...