viernes, 21 de septiembre de 2007

Kairós


Aunque queramos tener las riendas de nuestras vidas, el azar es un hecho. Vivimos inmersos en una realidad que en gran medida es ajena a nosotros, y el único modo que tenemos de hacerla nuestra, de controlarla (y siempre de modo imperfecto), es mundanizándola. Por si esto fuera poco, la peculiar naturaleza abierta e incompleta del ser humano, que nos lleva a estar siempre proyectados, en una constante huida, abre ante nosotros un gran abanico de posibilidades ante las que, por muy seguros que estemos, siempre hay un alto grado de incertidumbre. La idea es que tenemos que vérnoslas con el azar. Pero aún así hay un cierto grado de controlabilidad de esto que se nos escapa.

Desde los tiempos más antiguos, existe la idea del momento adecuado, de la oportunidad. Es lo que los griegos llamaron el kairós, el momento adecuado. Porque siempre, a la hora de tomar una decisión, se puede hacer en un momento erróneo que no nos aporte buenas consecuencias, y en otros que sí nos sean propicios. Así, el mismo hecho, la misma actuación, puede tener un signo positivo o negativo según el momento en que nos decidamos a ponerla en marcha. La gracia está en saber ver cuándo estamos ante el kairós, ante el momento justo en el que hacer las cosas. Hay gente que tiene esta capacidad y otra que no es capaz de aprovechar las oportunidades. Esta capacidad es lo que Maquiavelo llamó virtú. Esta Virtud maquiavélica es sencillamente el don de saber hacer las cosas en el momento justo y con la medida justa, sin sobrepasarse y sabiendo bien lo que se hace, consiguiendo así lo que se buscaba. Aunque él hablaba desde el ámbito de la política, esto se puede hacer extensible a todos los campos de la vida. Y es, de algún modo, una forma de aliarse con el azar, de tenerrlo un poco más controlado.

Aunque esto del kairós pueda parecer perogrullesco, ha tenido su predicamento dentro de la historia del pensamiento occidental, y así, San Pablo calificó a Jesús de kairós, y en la antigüedad clásica estaba asociado a varios dioses (por supuesto, a Kronos, el tiempo), por lo que no hay que despachar el asunto diciendo que "es de cajón" (muy a menudo, las cosas más evidentes, por serlo, son las que esconden infinidad de sugerencias).

3 comentarios:

Jarttita. dijo...

Mi adorado Maquiavelo....

Hay una cita de Borges, sobre el azar:

"El azar es una forma de causalidad cuyas reglas ignoramos".

El Pez Martillo dijo...

Grandísimo Maquiavelo, sí señora.

Johannes A. von Horrach dijo...

sasto, el 'momento adecuado'. A ver cuando llegará el momento de mi misión última, al estilo Willard. Seguiré esperando, atento a las voces. Háblame, Abbá (Papá-Tigre), que no soy digno de que entres en mi casa pero una palabra tuya bastará para sanarme.